Año CXXXVII Nº 49277
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 25/10
Página Solidaria 25/10
Turismo 22/10
Mujer 22/10
Economía 22/10
Señales 22/10
Educación 21/10

contacto

servicios
Institucional




 domingo, 29 de octubre de 2006  
El 80 por ciento de los quioscos de Rosario vende medicamentos
Lo denuncia el Colegio de Farmacéuticos. Es una práctica prohibida incluso para los fármacos de venta libre

Pablo R. Procopio / La Capital

El consumo de medicamentos como el sildenafil (nombre de la droga del Viagra) va en aumento: más de dos millones de píldoras se toman por mes en Argentina y el 20 por ciento de ellas es absorbido por Rosario y Córdoba. Pero, ¿por qué se ingieren tanto, incluso sin una necesidad terapéutica indicada por el médico? Porque es muy simple conseguirlas. Se venden en los quioscos, como decenas de otros fármacos: Dorixina, Ibupirac, Sertal, Dristan, Actron, Almorsan, Gastrozac y hasta Lorazepam y Lexotanil. El dato, surgido de un relevamiento realizado por el Colegio de Farmacéuticos, es impactante y pone a la salud en la línea roja: el 80 por ciento de los quioscos rosarinos expende remedios, muchos de ellos de venta bajo receta.

El mal uso de medicamentos mata a unas 700 personas por año en la Argentina. La automedicación, la venta por canales no habilitados y el expendio sin solicitar recetas son las causas más frecuentes de estos decesos. Pero no son las únicas: la falsificación, la circulación de medicamentos prohibidos en otras partes del mundo, la incorrecta prescripción por parte de los médicos y las recetas ilegibles también forman parte de un enjambre mortal.

La ley provincial Nº2.287 establece claramente cómo es la cadena de comercialización de los medicamentos. Garantiza el control por parte de un profesional farmacéutico en cada etapa, desde la salida del laboratorio a la dispensa del paciente. Permite el inmediato retiro del mercado de cualquier producto que presente algún problema que amenace la salud de la población o que no garantice su efectividad terapéutica. Ante un alerta de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) se logra el recupero del remedio en cuestión en todas y cada una de las farmacias del país.

Por eso es indispensable cumplir con la presentación de todos los requisitos relacionados con la distribución formal de los remedios.

Por otra parte, esta normativa asegura la accesibilidad del medicamento con el valor agregado del asesoramiento del farmacéutico, el control sobre los psicofármacos y otros productos que así lo requieren, además de la farmacovigilancia; un reporte de cualquier efecto adverso o distinto al esperado a las autoridades sanitarias.

El canal de comercialización irregular, en tanto, distribuye medicamentos que pueden ser falsificados, estar adulterados, formar parte del contrabando de piratas del asfalto o, en el mejor de los casos, ser objeto de maniobras de evasión impositiva.

El Colegio de Farmacéuticos inició una campaña para concientizar a la población sobre estas situaciones durante la que también se viene reuniendo con autoridades municipales y comunales de la Segunda Circunscripción.

"Les decimos que hay un riesgo sanitario surgido de la existencia de esta red ilegal que no proporciona factura de compra, por lo tanto se desconoce el origen del producto", dijo el vicepresidente del colegio, Norberto Herbas.

Por otro lado, el quiosquero suele no tener la percepción de hasta qué punto se mete en un problema al vender ilegalmente. Compra en negro a un distribuidor que, al mismo tiempo, reparte cigarrillos y golosinas.

La gravedad radica en que quien hace las entregas tampoco tiene ningún documento que certifique de dónde vienen los productos que reparte.

Por eso, el problema es como mínimo una maniobra de evasión impositiva o de comercio en negro. Al no existir garantías de que no sean medicamentos adulterados o robados, tampoco se garantiza la conservación, la composición química y mucho menos su efectividad terapéutica; pueden ser inocuos y hasta tóxicos.

"Desde el punto de vista económico, la cuestión no representa para el propietario del salón de ventas un ingreso sustancial y está lejos de transformar un negocio viable en uno que no lo sea", dijo el presidente del colegio, Juan Carlos Rucci.

A su lado, el secretario de la entidad, Fabián García, concluyó: "Creemos que las autoridades pueden realizar un aporte sustantivo en el sentido de minimizar este problema sanitario articulando los mecanismos de control eficientes que garanticen el cumplimiento de las normas vigentes".

A la hora de los controles, el poder de policía es ostentado por la provincia (a través de Bromatología e Inspección de Farmacia) y la Municipalidad, en función de las habilitaciones comerciales que se entregan por rubros. Si un local se habilita como quiosco, no puede expender remedios aun de venta libre.

Sin embargo, se está tornando un uso y costumbre que los rosarinos vayan a cualquier quiosco a comprar remedios.

Es más, da la sensación de que la compra y la venta de analgésicos puede equipararse a la de un chocolate. Por ejemplo, el Migral, que se vende en cualquier minishop, es contraproducente para hipertensos y pone en riesgo a embarazadas.

La directora de Bromatología de la provincia, Silvia Casanave, confirmó que "un altísimo porcentaje de quioscos" vende fármacos. "Estamos tratando de erradicarlos de los lugares donde aparecen irregularmente", añadió. Y pidió responsabilidad a la población, "hay que alertar a los consumidores, puede parecer muy accesible bajar a un minimercado a comprar algo para el dolor, pero ¿quién tiene la certeza sobre qué se esta expendiendo?".

Apenas se detecta la ilegalidad, los productos se comisan y se advierte al comerciante sobre las penalidades que van desde multas a clausuras. La sanción monetaria mínima es de mil pesos.

Es posible que la gente compre de buena fe, aunque no sabe las consecuencias. "Cada diez años Rosario tiene un Cromañón", descerrajó Rucci al referirse a las consecuencias fatales que genera la automedicación y la sobremedicación, ligadas con comerciantes (incluso farmacéuticos) inescrupulosos por acción u omisión.

Así, llamó a consultar a los médicos de guardia sobre la venta fuera de las farmacias que se vincula con la automedicación y sobremedicación, ya que hasta una simple aspirineta ha sido mortal.

Rosario y su región cuenta con 1.329 establecimientos farmacéuticos radicados en la Segunda Circunscripción del Departamento de Inspección de Farmacia: 27 laboratorios de especialidades medicinales y cosméticas, 79 droguerías, dos herboristerías, 1.160 farmacias y 61 depósitos de medicamentos en centros asistenciales.

"Ultimamente fuimos a 40 locales, como quioscos y almacenes, denunciados por los farmacéuticos", dijo la responsable del área, Patricia Kleinlein. En casi todos vendían fármacos.

Si bien la venta en los quioscos suele ser mayoritariamente de todo tipo de analgésicos (de las drogas y marcas más variadas), también aparecen antiácidos, antibióticos y hasta psicofármacos y Viagra.

El uso común del grupo de las benzodiazepinas de acción corta, media y prolongada también se evidencia recorriendo quioscos, fundamentalmente en lugares alejados del centro. Entre éstas se encuentran el clonazepam y diazepam (comercialmente conocidas con los nombres de Rivotril y Clonagin en el primer caso, y Valium y Aneural, por ejemplo, en el segundo).

Algunos médicos y farmacéuticos apuntaron a las publicidades (especialmente televisivas y promocionadas por conductores de programas de alto nivel de audiencia) que inducen al consumo indiscriminado de medicamentos.

La sociedad se está acostumbrando a solucionar con remedios los problemas que antes se resolvían poniendo voluntad y paciencia. Y los avatares propios de la vida cotidiana se van tapando por los fármacos. Todo un problema.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El mal uso de los medicamentos mata a unas 700 personas al año en la Argentina.

Notas Relacionadas
Como si nada

Los blisters disimulados en una caja




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados