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domingo,
01 de
octubre de
2006 |
Peligro, ruta. El ingeniero Jorge Tosticarelli cuestiona el estado de la traza
"Los accidentes en la autopista
seguirán porque nadie hace nada"
El profesor de la UNR y especialista en infraestructura vial propone soluciones concretas y de bajo costo
Lucas Ameriso / La Capital
"Los accidentes sobre la ruta seguirán creciendo porque nadie hace nada. Se debe controlar que no haya transgresiones y actuar de inmediato cuando se constaten". Con estas palabras, el titular de la cátedra de Ingeniería Vial de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y delegado local de la Asociación Argentina de Carreteras, Jorge Tosticarelli, hizo un pormenorizado diagnóstico de la situación de inseguridad actual en la autopista que une Rosario con Carcarañá, donde los choques se han multiplicado peligrosamente. El experto en infraestructura vial destacó las principales falencias y propuso soluciones de bajo costo y efectos concretos sobre la conexión vial.
-¿Cómo analiza la falta de banquinas pavimentadas en la autopista?
-Resulta inaceptable tener una autopista cuya velocidad permitida es de 130 kilómetros por hora con banquinas sin pavimentar. El ripio superficial, a veces producto del fresado de la capa asfáltica, que se observa en algunos sectores, de ninguna manera constituye una banquina estabilizada. Esto obedece a que el concesionario anterior las dejó para una segunda etapa y nunca terminó la obra como debió ser, con las banquinas pavimentadas, como está previsto que sea desde Carcarañá hasta Armstrong. Esto marcará un contraste muy grande, porque la gente se acostumbrará a viajar con seguridad en una autopista de alta velocidad, se encontrará con que el último tramo cercano a la ciudad con más tránsito tiene las banquinas sin pavimentar.
-¿Cuáles son los peligros de estacionarse en una banquina sin pavimento?
-El peligro es total, es desplazarse hacia el fondo de la cuneta, pero la primera sensación es que ante una alta velocidad, ni bien se apoya una rueda en la banquina se genera tal sensación de inseguridad que uno se resiste a estacionarse sobre ella.
-¿Y los cruces clandestinos?
-Es lamentable, y refleja un signo de descuido. Lo más grave es que hay gente encomendada para cuidar que esto no ocurra. Cuando se transgrede y nadie actúa se genera la reproducción de esta actitud. En las rutas concesionadas, donde existen servicios de recorrido permanente anunciando novedades, estos cruces clandestinos deberían estar informados desde el primer día de su aparición y registrados en algún lugar. El encargado del mantenimiento, además de cuidar los postes SOS, debería clausurarlos de inmediato. A veces se aduce que es costoso, pero no en medios económicos. Se podrían colocar trozos de barreras "flex beam" que interrumpan la circulación para prohibirlos. Y una alternativa más simple todavía es en la parte baja de la cuneta, cavar una zanja que impida el paso de los vehículos. Estas simples soluciones deberían implementarse de inmediato por la concesionaria, controlada por el Organo de Control de las Concesiones (Occovi) que debería exigirle que lo solucione.
-También hay cruces clandestinos de mano a mano.
-Son más peligrosos, porque obligan a frenar de golpe, circulando por la trocha rápida y doblar casi a 90 grados para ingresar de nuevo por el carril rápido.
-¿Qué sentido tiene para usted el puente peatonal apenas comienza la autopista si casi no se usa?
-La situación es peor de lo que señala. El concesionario que construyó la autopista, en combinación con el Servicio Público de la Vivienda de la Municipalidad, y con el de Vivienda de la Nación hizo una excelente tarea de traslado de todas las casas que estaban allí y hasta erradicaron una escuela (parte de estos vecinos fueron reubicados en el barrio Santa Lucía, sobre Circunvalación). Lo lamentable es que de nuevo, por falta de control, nadie haga nada. Si se hubiese respetado la zona despejada, no haría falta el puente peatonal.
-¿Alcanza con los carteles advirtiendo la posible existencia de animales sueltos?
-No alcanza pero es acorde a la legislación vigente. Pero este es, para mí, un problema no bien resuelto a nivel nacional. Lo malo es que si hay un accidente por atropello, como ocurrió hace pocos días con una vaca, avisar a la policía y ubicar al propietario ya tiene poco sentido.
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