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 miércoles, 20 de septiembre de 2006  
Un productor niega el daño ambiental

La opinión de ingenieros especialistas advirtiendo sobre un peligro inminente en la zona de islas como resultado de la ampliación de la actividad ganadera, reavivó la polémica en torno a la quema ilegal de pastizales como metodología para conseguir pasturas para la hacienda. En la edición del domingo de La Capital, el docente de la UCA, Claudio Belloso, había afirmado que los riachos y lagunas podrían contaminarse con el excremento de las vacas, perjudicando en forma grave la biodiversidad. "Con la ganadería no estamos ingresando un elemento extraño al ecosistema de las islas; los bovinos ya son parte del ecosistema desde hace mucho tiempo", contraatacó Leonardo Scarparo, productor de hacienda en terrenos ubicados frente al Monumento a la Bandera.

"Diez mil cabezas de ganado producen la misma cantidad de materia fecal que 210 mil habitantes. Si se tiene en cuenta que hay 190 mil vacas, esto equivale a 4 millones de personas en una topografía cambiante como las islas", había afirmado Belloso, quien además había asegurado que la materia fecal "generará un cambio en la biodiversidad de la flora ictícola".

"Esta actividad no es nueva, sino que se realiza en las islas desde hace más de un siglo, tiempo por demás de prudente como para que se manifestara algún indicio de la contaminación", indicó el productor ganadero de la isla Los Castellanos, con 780 hectáreas y 400 vacas a su cargo.

La argumentación del ingeniero agrónomo prosiguió: "Los que tengan más memoria recordarán que la actividad fue tan intensa como para crear la necesidad de bretes municipales en la ciudad de Rosario. En otras palabras, fue necesario hacer un puerto para atender las necesidades de embarque y desembarque de animales que invernaban en las islas".

Scarparo contradijo el cálculo de Belloso en cuanto a la contaminación por excrementos. "Se dice que la cantidad de excremento generada por la hacienda es comparable a 4 millones de seres humanos, mas o menos 2,5 veces la población de Rosario, pero no se indica que estos animales están en una superficie 100 veces mayor a la de esa ciudad", dijo el ganadero en relación al impacto "21 veces mayor que el hombre", que había afirmado el docente de la UCA.

En cuanto a la contaminación de riachos y lagunas, el ingeniero agrónomo recordó que "los animales, después de realizar la ingesta de pasto, buscan lugares altos donde poder echarse y rumiar, y es allí donde depositan sus excrementos, lejos de todo curso de agua o laguna. Es en estos lugares donde la materia fecal sufre una degradación por agentes climáticos y biológicos, como sucede en tierra firme".
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