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sábado,
16 de
septiembre de
2006 |
La reforma de las cuotas divide aguas en el Fondo Monetario
Héctor Torres, el argentino que integra el directorio de la entidad, criticó el plan del staff del organismo
Jorgelina Hiba
Es tiempo de cambios para el Fondo Monetario Internacional. La asamblea anual del organismo que sesiona en Singapur decidirá si adapta sus mecanismos de decisión a la nueva geografía del poder económico mundial o si en cambio apuesta a mantener tal cual su status quo. Es que al margen de los temas de rigor, como los desequilibrios globales y la lucha contra la pobreza y la corrupción, este año el eje de la reunión pasa por el aumento del poder dentro del organismo de los países emergentes más poderosos, como China, Corea, Turquía y México. Héctor Torres, uno de los 24 directores ejecutivos del Fondo y representante de Argentina ante la organización, adelantó a La Capital desde el sudeste asiático cómo puede resolverse la crisis de legitimidad que atraviesa el FMI.
-¿Será esta la asamblea que marque una "modernización" del Fondo otorgando nuevas cuotas de poder de decisión a los países emergentes más poderosos?
-El Fondo reconoce que tiene una crisis de legitimidad y esta reunión busca dar un paso para resolverla. Hay un proyecto de decisión que será sometida a la votación de los gobernadores, cuyo resultado se conocerá recién el 19 de septiembre. Asumiendo que la votación será favorable (hay que tener en cuenta que aquí la votación es directamente proporcional a las cuotas, es decir "un dólar, un voto"), se permitirá que Corea, China, Turquía y México integren capital, aumentando en consecuencia su cuota y su poder relativo de voto. Estos cuatro países aparecen como los más "sub-representados" de acuerdo a la actual fórmula de cálculo de cuotas. Fórmula que todo el mundo reconoce necesita cambiar.
-¿Cuál será la postura de Argentina con respecto a las reformas internas que estudia el organismo?
-No puedo decir cuál será la postura argentina porque esto lo determina la ministra de Economía. Lo que sí puedo decir es que en el directorio, donde represento a seis países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) hemos apoyado el aumento de los "votos básicos" que reclamaban principalmente los países de menor desarrollo relativo (y por ende de menor cuota, o sea votos). También acompañamos el aumento de cuota para los cuatro países antes mencionados, en el entendido de que es sólo una primera etapa de reforma. Manifestamos en cambio nuestras reservas sobre el proyecto de decisión, sometido a votación fundamentalmente porque en el mismo se vislumbra una modificación de la fórmula de cálculo de cuotas que terminaría aumentando el poder de voto relativo de los países más avanzados, por lo que cualquier aumento futuro de cuotas para algunas economías emergentes se haría a costa del conjunto de los países en desarrollo. Esto nos parece que va en dirección contraria a una reforma que tiene por objetivo aumentar la legitimidad del Fondo.
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