Historiadores y cronistas de los barrios debatirán en Rosario

Los días 27 y 28 de octubre se realizarán en el Centro Cultural Cine Lumière (Vélez Sarsfield 1027) las Primeras Jornadas de Historiadores y Cronistas de Barrios, con el propósito de "crear un espacio para analizar, describir y discutir la historia a partir del barrio y de cada ciudad", y "reconocer las diferentes problemáticas comunes con las que se encuentran los historiadores y cronistas", entre otros objetivos.

El proyecto de las jornadas, organizadas por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad y el Grupo de Historiadores de Barrios de Rosario, surgió de las reuniones que se realizan en el centro cultural y donde se exponen investigaciones sobre distintos aspectos de la historia local. Entre las mesas programadas se cuentan "El registro de la historia barrial", "La representatividad de la historia barrial" e "Historia oficial e historia barrial".

Gustavo Fernetti, Jorgelina Bernasani, Edgardo Platania y Angela Tasca, integran tanto el Museo de la Refinería como el grupo de historiadores, y son el alma mater de las jornadas. "La idea es que las personas que toda la vida recopilaron cosas sobre sus barrios, tengan un ámbito donde contar sus historias", explica Fernetti.

Según Bernasani, "más allá de que trabajen en distintos barrios, las problemáticas son comunes", y también los obstáculos: "Lo que falta es la metodología de trabajo, la sistematización de lo que han recopilado".

En ese sentido, "las jornadas apuntan a que los historiadores barriales empiecen a hablar más sistemáticamente de temas como qué es un barrio, por qué hablar de los mitos o de los personajes de un barrio, y preguntarse sobre los límites", apunta Fernetti.

Las jornadas se desarrollarán a través de mesas redondas. "Apuntamos a que haya un especialista sobre los temas, un moderador y los interesados en participar, y que cada uno hable de sus experiencias como historiador de barrio", dice Angela Tasca.

Sin embargo, según aclara Fernetti, "el especialista debe estar presente para dar una perspectiva sistemática y mostrar cómo se estudia cada tema, pero la idea es producir un encuentro entre la historia académica y la barrial".

La inscripción rige hasta el 30 de septiembre y es gratuita, aunque tiene un cupo limitado a 180 personas, por la capacidad de la sala.

Los historiadores gestionan ahora un espacio físico para el funcionamiento del Museo de la Refinería, que desde su fundación carece de sede, por lo que sus objetos y fotografías se encuentran en los domicilios de los organizadores.

"La gente pregunta dónde está el museo. Y les digo usted está hablando con el museo, porque el museo es mi casa. No tenemos otro lugar, y si no hacemos una exposición no hay dónde llevar a los chicos que quieren verlo", dice Tasca. Y agrega Platania, "la falta de espacio limita el crecimiento: la gente hace donaciones, pero después no las puede ver y a veces decide no hacerlas".

"Queremos armar el museo como una memoria del barrio consultable -destaca Fernetti-. El tema de la comunicación de lo que se tiene es muy importante, pero no lo podés hacer sin un lugar donde trabajar".

El de la Refinería "puede ser un museo muy atractivo, es de la vida cotidiana y si bien es local, toca temas que los otros museos no tocan". Una posibilidad que la ciudad no debería perder.