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miércoles,
06 de
septiembre de
2006 |
Cuando Emilio
bajó el telón
El 4 de septiembre pasado se cumplieron dos años de la ausencia definitiva del actor Emilio Lenski, que decidió ese día abandonar su lucha en esta "diaria, dura pero hermosa tarea de vivir", tal como él decía en sus actuaciones, refiriéndose a su oficio de actor. Un actor que decía, que así "como a su padre, sastre, le había tocado la tarea de revestir por fuera, él había elegido hacerlo por dentro", porque ningún ser humano puede vivir sin ternura ni sueños y él, con su oficio, estaba para entretener, divertir, hacer pensar y soñar a la gente, a sus espectadores, sin quienes no hubiera podido existir como actor ni como ser humano. Esta carta no es para recordar sus éxitos ni sus premios, que fueron muchos y muy merecidos, por cierto, es para recordar al ser humano, que se brindaba por entero al prójimo, poniendo la misma pasión en el escenario y en su vida, sin hacer diferencias de clases sociales, religión, raza, color de la piel o ideas políticas. Que trabajaba desde su lugar en la cultura, como actor de Rosario, en contra de la discriminación, el racismo y las diferencias sociales; que tanto hizo por el teatro y la cultura de su ciudad, donde, curiosamente, no siempre recibió el reconocimiento debido. Emilio "bajó el telón" por última vez el 4 de setiembre de 2004, pero para los que lo amaron y respetaron sólo cambió de escenario... Ahora es "uno más de los duendes que se escapan por las rendijas de los teatros", como tantos otros actores que ya se fueron. Un permanente y cariñoso recuerdo, para alguien que amó al prójimo y a su oficio de actor, más que a sí mismo.
Elsie Cerini de Lenski, LC 4.578.112
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