Fox deja el poder y un México polarizado

El presidente suspendió su último mensaje al país por la presión de la izquierda, que denuncia fraude electoral

México. - El caos en que derivó la ceremonia del último informe del presidente mexicano, Vicente Fox, el viernes constituye para algunos analistas una ratificación de que cuando abandone el gobierno dejará un país políticamente en conflicto, en contraste con el ambiente en calma en que lo recibió al llegar al poder hace seis años.

Como lo habían anticipado y en protesta por un supuesto fraude electoral contra su candidato Andrés Manuel López Obrador, legisladores del partido izquierdista de la Revolución Democrática (PRD) tomaron el control de la tribuna de la Cámara de Diputados y por primera vez en la historia contemporánea mexicana el presidente se limitó a entregar su informe por escrito y salir del lugar sin leer el mensaje. Fox retornó a la residencia presidencial de Los Pinos para enviar desde ahí y en cadena nacional televisiva su último informe, antes de dejar el poder el 1º de diciembre.

La toma de la tribuna y la suspensión del discurso presidencial no es, sin embargo, un hecho aislado, sino reflejo de una tensión política que se incrementó cada día tras las reñidas elecciones del 2 de julio y los señalamientos de que el gobierno federal favoreció al oficialista Felipe Calderón para impedir el triunfo de López Obrador.

El incidente ha comenzado a dividir opiniones sobre en quién recae la mayor responsabilidad no sólo sobre el impedimento para la lectura del discurso presidencial, sino de que la tensión política se haya agudizado. Los dardos apuntan indistintamente al PRD, por intransigencia, como a Fox, a quien sus detractores lo acusan de carecer de habilidad para desactivar conflictos. "Desde luego hay muchos responsables, pero hay un principio político básico para saber quién tiene más responsabilidad: quien más poder tiene más responsabilidad tiene... y quien tiene institucionalmente más poder es el presidente de la república", dijo el analista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide), José Antonio Crespo.

En el diario Reforma, la analista Denise Dresser comentó que el incidente deja "un panorama preocupante que crispa aún más los ánimos en vez de atemperarlos" con "un PRD dispuesto a la confrontación... un PAN pasmado, paralizado... y un presidente que insiste en habitar el país que sólo existe en su cabeza, desvinculado de la realidad ríspida que lo rodea".

Fox se convirtió en 2000 en el primer presidente surgido de la oposición en siete décadas y tomó posesión sin mayores tensiones políticas, lo cual muchos atribuyen a la capacidad del entonces presidente Ernesto Zedillo de "neutralizar" cualquier inconformidad en su Partido Revolucionario Institucional (PRI) que perdía el poder largamente ejercido.

Sin embargo, exhortaciones de Fox en la reciente campaña electoral a que los electores no dejaran que el país cambiara de rumbo, fueron interpretadas como una clara injerencia a favor del candidato de su Partido Acción Nacional, Felipe Calderón.

Las tensiones aún parecen distantes de aplacarse, sobre todo a pocos días de que se cumpla el plazo para que el Tribunal Federal Electoral dé a conocer, el 6 de septiembre, el cómputo final de los estrechos comicios y declare un presidente electo, que prácticamente todo el mundo -incluido López Obrador- anticipan que será Calderón.

El izquierdista ha dicho que no reconocerá a Calderón como presidente e incluso ha convocado a sus seguidores a una convención nacional democrática para que el 16 de septiembre acuerden formar un gobierno paralelo. (AP)

Izquierdistas tomaron el congreso.