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domingo,
03 de
septiembre de
2006 |
Crisis y riesgo de desintegración en Bolivia
Alvaro Zuazo
La Paz. - La reciente decisión del oficialismo de modificar el sistema de votación para aprobar una nueva Constitución en la Asamblea Constituyente ha derivado en una crisis con la oposición que podría ocasionar el fracaso del proceso y fracturas regionales, según coincidieron ayer analistas y la prensa. En tanto, el cardenal Julio Terrazas, cabeza de la Iglesia Católica boliviana, llamó a las partes a "deponer las actitudes de rencor, de odio y de violencia".
Los principales diarios bolivianos advirtieron sobre esa posibilidad, al informar que las regiones, básicamente en el oriente y el sur del país, donde radica la mayor resistencia al gobierno de Evo Morales, podrían iniciar protestas radicales a partir de mañana luego de reuniones en Santa Cruz de sus representantes cívicos y políticos para analizar la situación.
Mientras, los dirigentes cívicos amenazan con convocar a un paro general indefinido, huelgas de hambre e iniciar una campaña de denuncias internacionales contra el gobierno, el prefecto (gobernador) cruceño, Rubén Costas, responsabilizó al gobierno de la crisis.
El diario Los Tiempos titula: "La Asamblea Constituyente pone en peligro la unidad del país", mientras que el matutino La Razón señaló: "Cuatro regiones están en alerta y temen por la unidad". En tanto, el rotativo El Deber de la ciudad de Santa Cruz, la capital económica boliviana, indica: "Asamblea, en coma".
Protagonistas del encuentro serán los presidentes de los comités cívicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que advirtieron sobre la posible desintegración del país. Los departamentos (provincias) bolivianos son nueve. Los cinco del occidente, incluido el de La Paz, y del centro, son cercanos a Morales. Pero algunas plazas otrora oficialistas, como Sucre, donde sesionaba la asamblea, ahora manifiestan creciente insatisfacción hacia el gobierno.
El presidente del Comité Cívico del Beni, Alberto Melgar, dijo que los pobladores de la región están "indignados" por los supuestos atropellos y el desconocimiento del oficialismo a las normas que debían regir la Asamblea. "Si siguen así las cosas, vamos a pedir dividirnos de este país y de ahí en adelante sólo restará decir: «Dios salve a Bolivia»", dijo el dirigente.
Debate accidentado
La crisis detonó el viernes, cuando el partido de gobierno Movimiento al Socialismo (MAS), que controla el directorio de la Asamblea, aplicó su mayoría para votar un proyecto de debates no consensuado con la oposición que deja de lado la ley de convocatoria a la Constituyente y se acordó que bastará su mayoría para aprobar la nueva Constitución que emerja de allí.
La sesión fue plagada de intentos de agresión, y el jefe del bloque del MAS, el líder indígena Román Loayza, cayó al piso y quedó en estado de coma. Ultimos informes señalaron que su salud evoluciona favorablemente.
Un pacto oficialismo-oposición de marzo, traducido en la ley, establece que serán necesarios dos tercios de los votos, a los que no alcanza el MAS.
Mientras que líder del principal partido opositor Podemos, el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) acusó a Morales de "insultar, agredir, y dividir" a los bolivianos, el jefe de la también opositora Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, dijo que lo obrado por el MAS "ha herido de muerte a la Asamblea".
El vicepresidente Alvaro García, a quien la oposición identifica como principal responsable del desconocimiento de los pactos y leyes previos, ha anticipado que también cambiarán las reglas de juego para la convocatoria al referéndum de diciembre de 2007 que debe aprobar la Constitución.
Morales dijo el viernes que "la Asamblea no va a fracasar" con la mayoría del MAS -138 sobre 255 representantes- al insistir en acusar a la oposición de "vende patria" y de conspirar contra él y su gobierno. (AP)
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