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 sábado, 02 de septiembre de 2006  
El día después. el padre de Axel no fue recibido en la Casa Rosada ni en el Congreso
Blumberg entregó el petitorio pero ningún ministro lo atendió
Afectados por el éxito del acto que lideró el padre de Axel, Kirchner y sus funcionarios se escudaron en el silencio

Juan Carlos Blumberg entregó finalmente ayer al gobierno nacional y al Congreso su petitorio en reclamo de mayor seguridad, aunque lo hizo a metros del ingreso de la Casa Rosada. El escrito fue recibido por Diego González, el secretario privado del ministro del Interior, Aníbal Fernández.

Blumberg explicó que había intentado hablar desde temprano con el ministro para entregar su petitorio porque "sería muy feo mandarlo por una carta documento", pero sólo pudo comunicarse con el secretario privado, quien finalmente lo recibió.

El encuentro se realizó en plena esquina de Balcarce y Rivadavia, por fuera de la valla que rodea la Casa de Gobierno, sin que hubiera ninguna explicación sobre los motivos por los cuales el ingeniero no pudo ingresar al edificio.

"Creo que es importante que lo sepan, que lo reciban, que llegue al presidente", dijo Blumberg en un intento por minimizar el hecho de que no fuera recibido en el despacho de un funcionario de primer nivel, aunque posteriormente calificó esta situación como "poco seria".

De todas maneras, señaló que a partir de ahora espera que "el Poder Ejecutivo se ponga en marcha con todo esto que hemos pedido los ciudadanos".

Luego, Blumberg se dirigió al Senado para entregarle al vicepresidente Daniel Scioli el petitorio, pero nadie lo recibió.

Como ni Scioli ni el resto de las autoridades de la Cámara alta se encontraban en el Palacio Legislativo, Blumberg fue atendido por personal de seguridad, que le aconsejó dejar el documento en la mesa de entrada para la correspondencia, ubicada en la calle Solís 125.

Blumberg concurrió al Congreso sin más acompañamiento que dos guardaespaldas, que lo esperaron en el auto durante el par de minutos que demoró el ingeniero en ingresar y salir del edificio.

En la masiva marcha que lideró en la Plaza de Mayo, Blumberg se quejó por no haber sido recibido y hasta señaló que los celulares de los funcionarios estaban apagados.


Un tema tabú
El acto parece haber impactado en el ánimo de los laderos del jefe del Estado. Ayer, el gobierno se mantuvo en silencio sobre la masiva marcha que encabezó el ingeniero en la Plaza de Mayo, e incluso el presidente Néstor Kirchner y el gobernador bonaerense, Felipe Solá (uno de los principales blancos de las críticas por la inseguridad), compartieron ayer a la mañana un acto en la Casa Rosada, pero ambos evitaron no sólo hablar del tema, sino mantener contactos con la prensa.

Solá se limitó a ratificar su voluntad de "urbanizar" todas las villas de emergencia y asentamientos del conurbano, unos 700 distribuidos en 19 partidos, como medida para combatir la inseguridad.

Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no concurrió, como estaba anunciado, a una jornada sobre educación y seguridad vial organizada por la Federación Argentina de Municipios (FAM).

En ese marco, trascendió que el gobernador bonaerense le pidió al ministros de Seguridad, León Arslanián, que informara sobre la denuncia de la supuesta quema de archivos que formuló públicamente Blumberg (ver aparte).

En su discurso ante una multitud en la Plaza de Mayo, el empresario denunció que Arslanián mandó a destruir archivos con datos de delincuentes, y advirtió que la inseguridad en la provincia de Buenos Aires "es para llorar".

El padre de Axel -el joven secuestrado y asesinado en marzo del 2004- evaluó ayer que fue "un fracaso" la contramarcha encabezada por D'Elía para neutralizar el reclamo por mayor seguridad.

En declaraciones formuladas a la prensa a las puertas de su casa, en San Isidro, Blumberg admitió que le "dolió mucho" que el premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel (defensor de los derechos humanos) lo haya calificado de "fascista".
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Blumberg entregó el petitorio en el Congreso y se fue sin ser recibido.

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