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 sábado, 02 de septiembre de 2006  
Opinión: Una semifinal previsible que pudo terminar mejor

Por Pablo D’Angelo (DT de Olimpia de Venado Tuerto)

La semifinal fue lo que los pronósticos predecían. Trabada, con máxima disciplina táctica y con un final cerrado. Era para cualquiera, lamentablemente fue para España. En la previa Sergio Hernández, con un concepto compartido por todos, decía que había que lograr jugar 5 contra 5 en ambos lados. España no debía correr el contraataque para caer así en un planteo de pocas posesiones y goleo bajo. Ese objetivo en general lo logró. La dificultad fue la defensa que presentó el equipo europeo.

  Argentina no pudo hacer el juego que la identifica. Es decir mover el balón hacia la pintura, penetrar y descargar al perímetro, obligar a rotaciones para obtener ventajas en el interior o a la inversa sacar la pelota para tomar tiros abiertos a pie firme y sin oposición. No fue un déficit de Argentina, sino un mérito de España.

  El juego de pick and roll en el eje de cancha, con el sello de Pepe Sánchez, que es marca registrada en este equipo para comenzar la generación de juego, prácticamente no fue permitido por la defensa española, que se cerraba repentinamente en zona, cubría todas las opciones de pase y lo ponía al bahiense en situación de decidir tirar y no de hacer jugar.

  Algunos números reflejan elocuentemente esto. Argentina tiró 34 tiros de 2 puntos y casi la misma cantidad (33) de 3 puntos. Fue 19 veces a la línea, mientras que España 33. Oberto y Scola anotaron sólo 10 puntos entre ambos. Ginóbili, goleador del partido con 21 sólo convirtió 2 tiros sobre 12 intentos de 2 puntos.

  Con todos estos datos y ponderando lo hecho por España, el partido debería haber sido para ellos por una diferencia importante. Pero no, este espectacular equipo mostró otros métodos, que también lo caracterizan. La entrega, el corazón, la lucha y el no darse por vencido. Apretó los dientes, jugó físico al límite de exasperar al rival, se puso en partido y lo empató a 20 segundos del final. Podría haber sido esta la última posesión del juego y era para España. Había que defender intentando llevar el juego al alargue o cortar con falta, y quedarnos con la pelota una vez más para el tiro del final.

  Argentina eligió la última y quedó 1 abajo. Atacó Manu, quien cerrado por toda España, la abrió para Nocioni que tomó un buen tiro de la esquina, pero lamentablemente no quiso entrar. l


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