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 lunes, 21 de agosto de 2006  
Editorial
Hágase la luz

El crecimiento de la demanda ha tornado a la red eléctrica nacional en una estructura endeble, incapaz de satisfacer las necesidades de la población. Son frecuentes, y han pasado a ser hechos de costumbre durante el verano, los apagones, los cortes del suministro. Estos ceses repentinos y no deseados del servicio sumen a la población en situaciones muy desagradables, cuando no lamentables.

Por otra parte, la pregunta frecuente que el ciudadano común se formula al observar los numerosos edificios que se están construyendo en todas las ciudades del país es: ¿cómo se sustentará la red de servicios, entre ellos el de energía? Es una buena pregunta que nadie responde, pues los inmuebles se propagan pero las redes de servicios son las mismas. ¿Soportará el sistema?

Pero además, no sólo la ya conocida debilidad de la red y la mayor cantidad de inmuebles a asistir deben ser considerados a la hora del análisis, sino la aparición de nuevos electrodomésticos en el mercado, comercios que se instalan y una industria floreciente que reclama más y mejores servicios. Para algunos observadores, el país, en lo que concierne a materia energética eléctrica, no estaba debidamente preparado para este momento.

Es por eso que la decisión del gobierno nacional de construir dos centrales termoeléctricas -una en Campana, provincia de Buenos Aires, y otra en la vecina localidad de Timbúes- es una noticia importante y que concede alivio. No deja de ser trascendente, por otra parte, la rapidez con que se pretende llevar adelante el proyecto, señalándose que ya en el primer semestre del año 2.008 los complejos enviarán al sistema interconectado nacional 1.600 megavatios. De paso, pero no por eso menos relevante, debe decirse que estas dos plantas habrán de generar nada menos que dos mil nuevas fuentes de trabajo durante la etapa de construcción, la que comenzará, según se ha anunciado, en pocos meses más.

Los fines de esta clase de obras determinan que el Estado concentre sus esfuerzos y los multiplique para que se realicen muchas más. Y en este sentido, no puede dejar de celebrarse, además, que el gobierno piense en la construcción de otra central nuclear.
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