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 domingo, 20 de agosto de 2006  
San Francisco: regreso a Alcatraz
Más de un millón de personas visitan cada año la mítica prisión, que fue clausurada en 1963

Bárbara Munker

Durante muchos años no pensaba en otra cosa que en escapar de la isla-prisión de Alcatraz. Pero ahora, Darwin Coon, ex preso número 1.422, regresa voluntariamente a "The Rock", el famoso peñón en la bahía de San Francisco. "Ahora nos tratan como a celebridades", sonríe el hombre de 73 años. La prisión es visitada por más de un millón de personas al año.

Para este "encuentro de ex compañeros" celebrado hace unos días se puso un traje gris y anillos de oro. En 1959, el ladrón de bancos y rey de las huídas fue trasladado a la isla, que entre 1934 y su cierre en 1963 era considerada la prisión más segura de Estados Unidos. Ahora, Coon pasea con antiguos guardias, intercambia anécdotas y firma autógrafos a los turistas.

Los ex habitantes de Alcatraz se encontraron por primera vez en agosto de 1984, para rememorar el 50 aniversario de la creación de la cárcel. Este año, John Banner, de 83 años, viajó especialmente desde Arizona para inspeccionar su antigua celda.

Tras varios atracos a bancos, en 1954 fue a parar a la cárcel de alta seguridad como preso número 1.133.

Señala una oxidada puerta de hierro en la segunda planta del monótono bloque de celdas. "Esa era mi celda, con vistas a la ciudad". Se pasaba 16 horas al día en el duro catre y casi se volvió loco, recuerda ahora. Tras cuatro años, fue trasladado a otra cárcel.

"29 días en el bloque D, en una celda oscura y fría sin un sólo rayo de luz", es el peor recuerdo de Darwin Coon. Había sido descubierto con un cuchillo que había adquirido para defenderse, relata ante un grupo de curiosos visitantes que escuchan con un ligero escalofrío.

Frank Heaney conoce esas viejas historias. El hombre, hoy de 79 años, era a los 21 años el guardia más joven de la cárcel. En aquel entonces, vigilaba a los reclusos con una ametralladora. Hoy reparte palmaditas amistosas. "Ya cumplieron su condena y arreglaron su vida. Ahora son mis amigos", asegura el guardia jubilado.

Banner y Coon eran delincuentes peligrosos pero no asesinos como sus famosos compañeros de prisión Al Capone, George "Machine Gun" Kelly, Alvin "Creepy" Karpis o Robert Stroud, el legendario "hombre pájaro".

"Me quedé sin palabras y lleno de veneración cuando a los 17 años estuve delante de la celda de •Birdman'", recuerda Phil Dollison, que vivió diez años en la isla como hijo de un subdirector de la prisión.

Los niños tenían prohibido el acceso a las celdas, pero el padre había hecho una excepción. "En realidad, no teníamos miedo", dice el hombre, ahora de 69 años, sobre la vida a la sombra de la cárcel. Unas 60 familias vivían en la isla con la "vista más bonita del mundo".

Todavía recuerda la "apasionante" búsqueda de tres presos huídos, que en 1962 cavaron un túnel por las paredes de sus celdas y escaparon en una embarcación construida por ellos. Dado que no se encontraron huellas en tierra, se cree que murieron ahogados en las peligrosas corrientes de la bahía. Coon, que les proveyó de herramientas, cree sin embargo que lograron llegar a la costa y desaparecieron en la clandestinidad.

En la actualidad, Alcatraz vive sobre todo de su mito, famoso por las historias de gangsters y las películas de aventuras con astros como Clint Eastwood y Burt Lancaster. Con más de un millón de visitantes al año, "The Rock" (La Roca) es una de las atracciones turísticas más populares de California.

Coon vivió personalmente el cierre de la cárcel en 1963. Los costos de mantenimiento habían aumentado demasiado y las condiciones de vida eran criticadas como inhumanas.

El ex recluso recomienda que todo el mundo visite el lugar como disuasión. El vive ahora en San Francisco, a sólo pocos bloques del puerto desde donde todos los días salen los ferrys rumbo a Alcatraz. "Es claramente mejor ver la isla desde aquí que ver la ciudad desde una celda".
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