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 domingo, 20 de agosto de 2006  
Fue candidata para asegurar el triunfo en Santa Cruz
Alicia Kirchner pasó sin pena ni gloria por el Congreso nacional
Tras su efímero mandato como senadora regresó a Desarrollo Social. En el 2007 se postularía a gobernadora

El paso de Alicia Kirchner por el Senado estuvo marcado por la necesidad del gobierno de garantizarse en Santa Cruz un cómodo triunfo en las últimas elecciones legislativas.

El magro margen que lograban los postulantes justicialistas frente al radical Alfredo Martínez en los meses previos a los comicios llevó al presidente Néstor Kirchner a colocar a su hermana como candidata del Frente para la Victoria.

"Desde el principio se sabía que su aterrizaje en el Senado no tenía otro sentido que el de asegurarse las elecciones en Santa Cruz", recordó la semana pasada Martínez. El radical también admitió que "nunca estuvo en riesgo una derrota del PJ, pero no podían correr riesgos".

Desde que se iniciaron las sesiones ordinarias en marzo pasado, varios miembros de la bancada oficialista reprodujeron frases de Alicia en las que dejaba entrever su hastío de la actividad legislativa.

"Está podrida y se quiere ir cuanto antes porque no aguanta los ritmos parlamentarios", reconoció un senador con llegada directa a la Casa Rosada cuando apenas llevaba dos meses de sesiones. La misma fuente reveló que Alicia Kirchner estaba esperando el momento oportuno para regresar al Poder Ejecutivo.

La tarea en el Senado de la hermana del presidente fue irregular. En el plano político, siempre mantuvo un vínculo amable con sus compañeros de bancada, pero nunca fue a las reuniones de bloque. A pesar de su innegable influencia en los círculos del poder, nunca jugó como operadora del gobierno en el Senado.

En el aspecto legislativo mantuvo un perfil sumamente bajo. En el recinto sólo intervino en un puñado de ocasiones, en temas específicos. Nunca fijó posiciones políticas.

La comisión que presidía, la de Salud y Deportes, se reunió escasamente durante su gestión, y los dictámenes de comisión en general eran firmados fuera de ese ámbito.

A lo largo de sus ocho meses como senadora presentó o acompañó un total de nueve proyectos de ley. Precisamente una de esas iniciativas le permitió en junio emerger del silencio: impulsó una ley que crea un fondo de cien millones de pesos destinado a organizaciones intermedias que administran microcréditos para pequeños emprendimientos productivos. La particularidad de la propuesta es que esas partidas son administradas por el Ministerio de Desarrollo Social que ahora vuelve a presidir.

En su última semana como senadora logró la media sanción a un proyecto que suspende por cuatro años los desalojos por sentencias judiciales de tierras que pertenecen a las comunidades indígenas, y crea un Fondo de Asistencia de 30 millones de pesos para hacer un relevamiento de las áreas afectadas.

La relación de Alicia con los medios fue nula mientras estuvo en el Congreso. "Es el estilo de la senadora, le pido disculpas", fue la justificación del personal de su despacho.

Existe consenso entre los principales referentes del oficialismo que la flamante ministra no regresará al Senado cuando venza su licencia en febrero próximo. "Para entonces ya estará definida su candidatura a gobernadora de Santa Cruz", analizó un referente del kirchnerismo.
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"Alicia no aguantaba los ritmos parlamentarios", dijo un senador.



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