Aceites vegetales: bienestar integral

La aromaterapia se define como el uso de aceites esenciales para promover la salud y el bienestar del cuerpo, la mente y las emociones. Define a la salud como un estado de equilibrio natural, donde se toma al ser humano como un todo con el ambiente, con los otros seres y consigo mismo (visión holística). El énfasis está puesto en acercar herramientas que ayuden en la prevención de problemas y con el incentivo de un estilo de vida sano.

Actualmente hay dos corrientes:

Aromaterapia francesa: con características científicas, médicas y clínicas, que prefiere la administración por vía oral.

Aromaterapia inglesa: originaria de Inglaterra con referentes en EE.UU. y Australia, y características holísticas. Prefiere las vías de administración inhalatoria y el masaje. Es la más utilizada en nuestro país.


Beneficios
Los aceites esenciales, aromáticos o esencias son sustancias químicas producidas en diferentes partes de las plantas, con funciones muy importantes de defensa, reproducción, antifúngicas, antibióticas y antisépticas. Son los que le dan su olor característico y en estado puro, son extremadamente concentrados. Pueden extraerse de las hojas (esencia de menta), de la cáscara del fruto (esencia de limón), de los pétalos de las flores (esencia de rosa o de lavanda) y de la corteza (esencia de sándalo).

Los aceites esenciales son incoloros o de color tenue cuando recién se los extrae, pero se van oscureciendo con el tiempo por oxidación, por eso deben almacenarse en frascos color caramelo, llenos en su totalidad y en lugar fresco y seco.

Entre otros efectos sobre la salud, estos son los beneficios de algunos aceites esenciales:

Eucalipto: estimulante y despejante, antiviral y expectorante, energizante.

Jazmín: afrodisíaco, relajante y despejante.

Menta: estimulante y energizante, descongestivo y refrescante.

Bergamota: antidepresivo y estimulante, cicatrizante y antiséptico.

Limón: estimulante y refrescante, antiséptico y estimulante del sistema inmunológico.

Equinacea: tonificante y estimulante, fortalece el sistema inmunológico.

Sándalo: reduce la inhibición y aumenta la libido, inspira creatividad e incrementa el deseo sexual.

Enebro: refrescante y vigorizante, antirreumático, antiespasmódico, calmante y diurético.

Tomillo: afrodisíaco y despejante, descongestiona las vías respiratorias, bactericida y antimicótico.

Geranio: equilibrante, astringente y desinflamatorio, armoniza, calmante.

Manzanilla: calmante y tranquilizante, analgésico y desinflamatorio, sedante.

Naranja: antidepresivo y calmante, desinflamatorio y antiséptico, relajante.

Lavanda: calmante y antiestrés, antiséptico, analgésico, desinflamatorio y cicatrizante.

Patchouli: afrodisíaco con efecto desinflamatorio y cicatrizante, relajante.

Melisa: antidepresivo, irritabilidad, insomnio, relajante muscular, fortifica el sistema nervioso.

Tea tree: refrescante, bactericida, antimicótico, antibacteriano, antiviral.En una planta podemos encontrar tres regiones "orgánicas": raíz, hojas y flores. Comparativamente, en el ser humano también podemos considerar la existencia de tres grandes zonas: parte media inferior del tronco (abdomen o vientre), parte media superior del tronco (tórax o pecho) y cabeza. Los aceites esenciales que elabora la planta en cada uno de estos territorios tendrán un efecto correspondiente en el ser humano.

Hay similitudes en las funciones de los órganos abdominales con las raíces de las plantas; las del tórax con las hojas; y de cabeza con las flores.

Flor y cabeza: el parecido entre las funciones de las flores y los órganos de la cabeza es notable, tanto en las físicas como en las emocionales o del ánimo. Flor y cabeza son el espíritu, la energía vital, por "algo" que sobrepasa lo puramente material. Las flores son la expresión de la individualidad de su especie. Esto quiere decir que cada familia de plantas tiene un tipo de flor única y, además cada especie de esa familia ha desarrollado matices diferentes en su flor (más pequeña, variedad de aromas, color).

Las flores conceden a la planta la máxima expresión de la individualidad de su especie. En el ser humano, cada familia tiene genéticamente características diferentes y dentro de cada familia cada individuo desarrolla diferencias que lo tornan único (carácter, temperamento, comportamiento). Por ejemplo, si pensamos en una planta como el rosal, la primera imagen que se nos representa es la de su flor y no la de sus hojas u otra particularidad botánica. De igual forma, podemos considerar la cabeza del ser humano como la portadora de sus rasgos más personales. Podemos decir que su rostro es la máxima expresión de su individualidad.

Los aceites esenciales obtenidos de las flores, frutos y semillas, refuerzan el sistema nervioso central y vegetativo, estimulan los órganos de los sentidos y favorecen funciones cerebrales. Estas esencias despiertan la conciencia, favorecen la capacidad espiritual del ser humano y mejoran el trato o relación con el medio ambiente.

Las funciones similares entre las plantas y los seres humanos podemos resumirlas de la siguiente manera:

Hojas: respiración, formación de azúcares, circulación de líquidos, regeneración de líquidos, eliminación de residuos.

Parte superior del tronco: función pulmonar, función hepática, función cardio-circulatoria, función esplénica (bazo), función renal.

Raíces y vientre: entre el vientre de las personas y las raíces de las plantas hay cuatro importantes similitudes: captación (absorción) de los alimentos; crecimiento y regeneración; depósito del exceso de sustancias nutritivas; reproducción.
¿Cómo se usan?
Los aceites esenciales se mezclan entre sí y se diluyen con aceites vehiculares, cremas, emulsiones o agua. Existen reglas básicas a las que debemos agregarles una dosis apropiada de intuición para hacerlas realmente agradables. No todos los aceites esenciales aromáticos se combinan bien entre sí. El objetivo de combinar aceites esenciales aromáticos es crear una sinergia al mezclarlos para que trabajen en armonía, potenciándose mutuamente. Como regla general:

Aceites de la misma familia se mezclan entre sí.

No combinar aceites esenciales con efectos opuestos.

Mezclar 2 ó 3 aceites esenciales.

Tener presentes los gustos de la persona que va a recibir la mezcla.

Los aceites esenciales aromáticos siempre deben utilizarse diluidos ya que pueden provocar irritaciones por su elevada concentración. La dilución de los mismos varía entre un 1% y 3% dependiendo del objetivo de uso. Los aceites vehiculares más usados son el de almendras, jojoba y sésamo. Generalmente, los problemas físicos demandan mayor concentración que los emocionales.

Luis Picotti (promotor salud integral)

Griselda Franchini (farmacéutica)