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domingo,
20 de
agosto de
2006 |
Drogas no funcionan para muchos enfermos de sida en India
Nueva Delhi (India).- Los medicamentos que Shyamal Kumar Dey toma para combatir el sida ya no funcionan. Con 38 años, este padre de un hijo ha estado tomando píldoras anti retrovirales los últimos cinco años, tiempo suficiente para que el virus VIH mute a una forma resistente a los medicamentos.
Desde entonces, el virus ha encontrado un nuevo modo de vida en su cuerpo, minando tanto su sistema inmunológico como sus esperanzas para el futuro.
Descartar sus píldoras actuales y cambiarlas por los llamados medicamentos de “segunda línea” podría poner la enfermedad de Dey de nuevo bajo control.
Lamentablemente, esas drogas son tan caras que incluso el gobierno indio, que paga por los ahora inútiles medicamentos de primera línea de Dey, dice que no puede afrontar la inclusión de esas drogas en su programa nacional.
El suministro de un mes cuesta entre 4.000 y 8.500 rupias (unos 250 a 550 pesos mensuales), comparado con las 450 rupias que cuestan las drogas de primera línea.
El trabajo de Dey como consejero de otros enfermos de VIH le reporta 4.000 rupias al mes, apenas lo suficiente para cubrir el alquiler, alimentar a su familia y pagar la educación de su hijo de seis años.
Si bien India es uno de los mayores fabricantes de genéricos anti retrovirales del mundo, Dey no tiene idea cómo obtener medicamentos de segunda línea que puedan prolongar y mejorar su vida.
“No sé qué va a ocurrir”, dice Dey. “Debo aceptar lo que sea que Dios haga”.
Una de cada siete personas VIH positivo vive en India, hogar de aproximadamente 5,7 millones de personas con el virus, según Onusida, la agencia de prevención de Naciones Unidas.
Es probable que más de la mitad de ellos tenga sistemas inmunológicos tan débiles que necesiten medicamentos anti retrovirales.
De ellos, el gobierno sólo cubre a 35.000 personas o el 7,0 por ciento, con medicamentos de primera línea sin costo, por medio de su Organización Nacional de Control del Sida.
Muchas personas, particularmente en las zonas rurales de India, simplemente no saben que tienen el virus y mueren sin tratamiento.
India finalizará este mes su estrategia de control del sida y ha decidido que es más importante hacer que las personas necesitadas tomen los medicamentos de primera línea, que introducir los de segunda, según el doctor Po-Lin Chan de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El país, que comenzó su programa de suministro de anti retrovirales el 2004, apunta a poner a 300.000 personas al alcance de drogas de primera línea para el 2012.
“Debemos preguntarnos cuáles son las prioridades”, dice Chan. “Probablemente el 90 por ciento de los pacientes necesite medicamentos de primera línea por un tiempo, así que sigamos suministrándoselos por tanto tiempo como nos sea posible”.
Pero los críticos dicen que los problemas en los sistemas de entrega de las drogas de primera línea están causando resistencia a que se extiendan más.
La inmunidad a las drogas de primera línea se desarrolla particularmente rápido, tal vez dentro de un año o dos, si los pacientes enfermos de sida no toman sus dos o tres pastillas al día.
Incluso entre los consumidores de medicamentos más diligentes, se espera que un 2 a 3 por ciento desarrolle la inmunidad.
Pero muchos otros pacientes están desarrollando resistencia porque han sido mal asesorados o porque las clínicas se han quedado sin medicamentos.
Un estudio de próxima aparición por el Centro YRG para el Estudio del Sida, concluye que entre el 15 y el 20 por ciento de los pacientes que toman anti retrovirales en Chennai, una ciudad del sur de India, tienen una variedad del VIH que es inmune a las drogas de primera línea.
Los medicamentos de segunda línea son más caros que los de primera, porque son fabricados usando un proceso de síntesis más complejo a base de materias primas más costosas y son suministrados en dosis más elevadas.
Los economistas dicen que la brecha sería más pequeña si los gobiernos de todo el mundo actuaran en conjunto para incluir las drogas en sus programas.
“Creo que los precios podrían ser considerablemente menores que lo que son hoy en día”, dice Indrani Gupta, director de la unidad de investigación de políticas sanitarias del Instituto de Crecimiento Económico de Nueva Delhi.
“Pero todavía no hay una masa crítica de demanda de medicamentos de segunda línea, de modo que no hay incentivo para que los fabricantes bajen los precios”, agrega.
Brasil es el único país “bajo en recursos” que suministra medicamentos de segunda línea libre de costo a sus ciudadanos, dice Chan de la OMS.
La nación sudamericana gasta considerablemente más en su programa de sida que India, a pesar de contar con un décimo del número de casos, con la mayor parte de su presupuesto destinado a tratamientos.
En contraste, India gasta el grueso de su dinero, un total de 200 millones de dólares para el bienio 2006-2007, en programas de prevención más que en tratamiento. Pero no todo el mundo cree que ha dado con el equilibrio correcto.
En la medida en que haya personas con acceso a drogas de segunda línea, habrá un mayor riesgo de que las variedades del VIH resistentes a los de primera línea se extiendan más. (Reuters)
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