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 domingo, 20 de agosto de 2006  
Ingresos. Acceder a la casa propia o conservarla desvela a 150 mil rosarinos
Vivienda: otro round por el ingreso
El precio de los alquileres y la sucesión de remates puso en el centro debate el problema del techo propio

Sandra Cicaré / La Capital

Los que la tienen y no quieren perderla, los que no la tienen y ansían alcanzarla. La vivienda, ese bien al que hay que llegar para asegurarse una vida tranquila, según la cultura popular que se repite por generaciones en estas tierras, es hoy un problema que le quita el sueño a miles de rosarinos.

Según cálculos de las organizaciones políticas y sociales que trabajan en el tema, en la ciudad hay alrededor de 125 mil inquilinos y alrededor de 30 mil contratos de alquiler. En tanto, las agrupaciones en defensa de la vivienda única aseguran que unas 12 mil familias en el Gran Rosario corren el riesgo de perder su casa por los remates surgidos de deudas que acarrean desde los años 90, una cifra que supera las 20 mil en toda la provincia.

"A diario me pregunto cuándo llegará el día en que deje de alquilar y tener mi propia vivienda. Leo notas en las cuales sigo estudiando las posibilidades de adquirir una vivienda digna, además de estar preocupada por resolver el tema de los incrementos excesivos de los alquileres. Pido que alguien ayude a gente como yo que trabajamos día a día en esta Argentina de hoy pensando siempre en superarnos. Muchos buscamos en los bancos para conseguir un crédito hipotecario, porque te dicen que te otorgan el 80% de la vivienda, pero ojo, siempre y cuando llegues con tu recibo de sueldo superando los 3.000 pesos. Ahora quiero saber si uno tiene un trabajo estable desde hace años, pero parte del ingreso no está blanqueado, ¿cómo podemos obtener un crédito?". Así testimonia Amanda Sanches, en una carta de lectores publicada por La Capital el viernes pasado, una preocupación que la excede y que muchos argentinos no pueden resolver.

En el año 2004 en las páginas de este diario se publicaba el resonado caso Jacinta Basualdo, una mujer de 66 años que puso en garantía como respaldo de un crédito privado de 8.500 pesos que un familiar sacó con una empresa prestamista en el año 1997 y después de pagar regularmente durante dos años pidió un arreglo con la empresa para reducir el monto de la cuota mensual debido a que por problemas económicos no podía enfrentar la deuda. La historia siguió con la negativa por parte de la prestamista, con cédulas de intimación judicial, un remate frustrado y uno finalmente concretado en 2004.

Cara y contracara de una misma urgencia: la vivienda única, aquella que parece inaccesible o cada vez más lejana para los argentinos que vivieron en los 90 una de las crisis de empleo más duras y que después de 2001 no puede remontarse porque la estructura de ingresos sigue tan desigual como entonces.

"Nuestra lucha es por la vivienda digna, no solamente por inquilinos o aquellos a quienes les rematan las propiedades, sino que va mucho más allá", señaló el concejal del ARI, Nire Roldán quien en el Concejo trabaja junto a la Agrupación para la Protección de la Vivienda Unica (Aprovu) y la agrupación Inquilinos Rosarinos Autoconvocados (IRA).

Y explicó que se trata de "años de la falta de políticas públicas para que distintos sectores puedan acceder a su vivienda" y diferenció dos aspectos.

Por un lado, los sectores populares a los cuales generalmente están destinados los planes de viviendas oficiales. Aunque hay que aclarar que en este aspecto no todo lo que brilla es oro. Por caso, según Roldán "el gobierno nacional planteó la construcción de 80 mil viviendas, después cerró en 40 mil y hoy sabemos que en el Gran Rosario no van a superar las 8.000. Aunque un dato más fino que estamos elaborando nos dice que serán apenas 2.800".

En segundo lugar, el concejal del ARI plantea "la construcción de vivienda pública para sectores medios, realizadas por concursos en la Facultad de Arquitectura, pensadas con un concepto de diseño y espacio distinto", dijo.

En este grupo podrían encuadrarse los inquilinos -que como el caso de Amanda Sanches- hoy enfrentan abultados pagos mensuales en medio de un mercado donde la inflación no descansa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) el rubro viviendas y servicios básicos se ubicó un 8,6% en julio pasado respecto de diciembre de 2005 y dentro del mismo, el alquiler de la vivienda fue del 8,2%. Por otra parte, en la última medición oficial, el alquiler fue uno de los ítems que más impacto tuvo sobre la inflación mensual (0,6%), con un incremento del 1%.


Una solución a medias
Los últimos anuncios del gobierno sobre un mejoramiento en el acceso al crédito hipotecario dejaron gusto a poco. Después de una semana en vilo donde se esperaban medida del tipo reducción de tasas de interés, alargamiento de plazos y aumento del capital prestable, el Ministerio de Economía anunció que el Banco Central habilitará a los bancos para que otorguen préstamos al 100% de la masa prestable para las créditos de hasta 200 mil pesos y del 90% hasta los de 300 mil pesos.

La semana que pasó el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, llamó a terminar con la "patria contratista" y aseguró que "en lugar de poner plata en construir viviendas hay que darle plata a los que compran, no a los que construyen".

Pero la decisión, que busca convertir a inquilinos en propietarios, está muy lejos de ser una solución al alcance de la mano de los que pagan un alquiler mes a mes. Sucede que la alternativa -que esencialmente no modifica tasas- sigue siendo inaccesible para los asalariados.

Según expresaron los agentes del sector inmobiliario porteño, para un departamento de tres ambientes en un barrio de clase media-baja en Buenos Aires, aquel que no pudo acumular dinero para realizar parte del pago al contado, deberá afrontar una cuota de unos 2.000 pesos a lo largo de 20 años, una cifra muy poco accesible para un trabajador que ni siquiera logra acumular un salario de esa magnitud.

Ni hablar de lo que ocurre en el mercado local. Según expresó Natacha Villalonga, abogada del IRA, en la publicación "Tiempo empresario", "una persona que cobra 1.200 pesos y que puede acreditarlo realmente -bastante difícil hoy- puede acceder a un crédito hipotecario y las cuotas no pueden ser superiores al 30% de los ingresos. Así, con cuotas mensuales del 360 pesos a quince años nos da un valor de alrededor de 60 mil pesos y por ese monto no se accede a ningún tipo de vivienda", dijo la asesora legal.

Esta realidad tampoco se ve modificada por las nuevas medidas del gobierno, ya que la relación cuota/ingreso seguirá a discreción de las entidades financieras.


Los números locales
Por otra parte, teniendo en cuenta que el mercado de precios está entonado en Rosario en función de una alta demanda de sectores de altos ingresos, el corsé es mucho mayor.

"Los emprendimientos destinados al target medio alto dominan la escena en la ciudad. La zona ribereña concentra las cotizaciones más altas de la tierra en la localidad", señala el último informe de Reporte Inmobiliario.

Según sus datos, en la zona céntrica ribereña los terrenos cotizan los 500 dólares el metro cuadrado en Rosario mientras que en el resto del centro el valor llega a los 250 dólares el metro cuadrado.

En tanto, según explica la web especializada en el tema, "para los edificios top a estrenar (en la ciudad) se manejan valores de 1.000 dólares por metro cuadrado", mientras que "existen unidades con muy buena ubicación como bulevar Oroño, Pellegrini o la zona del Monumento por los cuales se piden valores que rondan los 800 dólares el metro cuadrado".

En materia de usados, los departamentos en el interior del país registran "aumentos sostenidos", según Reporte Inmobiliario y consigna que "estos fueron en promedio más marcados para el 2004 con respecto a 2003 (+25%) que la comparación entre 2004/2005 donde el incremento llegó al 23%". En tanto si se mide agosto 2005 a la fecha, las subas son del 17%, "un hecho que demostraría que los valores comienzan a encontrar su punto de equilibrio paulatinamente", expresó el informe.


El temible martillo
Y mientras Amanda reclama por acceder al techo propio hay un universo de rosarinos y santafesinos que pelean para que ese techo no se les escape.

Entre lágrimas y quebrado por la emoción, Eduardo (un ex combatiente de Malvinas) explicó el viernes cómo por una deuda de 40 mil pesos -producto de la falta de trabajo y pese a mantener una buena conducta de pago- hay una orden de remate sobre su casa. La medida, que fue suspendida por un juez provincial hasta mañana, se repite por miles en territorio provincial. "Hay alrededor de 12 mil familias en el Gran Rosario y unas 20 mil en la provincia cuyas casas están a para remate", explicó Delia Aranchino, presidenta de Aprovu.
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El costo del metro cuadrado oscila en Rosario entre los 750 y 1.000 dólares.

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