¿Qué les pasó a las mujeres? (I)

En respuesta al debate generado sobre los cambios que están sufriendo las identidades femenina y masculina en nuestros tiempos, quizás deberíamos dejar la nostalgia y también evitar todo tipo de generalizaciones. Señor Daniel Ciúffoli, no todas las mujeres desconocen el significado de la verdadera amistad. Señora Magalí Parisi, no todas las mujeres han dejado de ser fuentes de delicadeza y sencillez. Estamos en un tiempo en que nos es posible elegir nuestra propia identidad, desestructurando los rígidos estereotipos de antaño. Es loable que cada mujer elija quién quiere ser, y de qué manera, y ya no responder a una presión social asfixiante. Los hombres disponen también de esa libertad de autodeterminarse, y es su deber y su derecho ejercitarla. Basta de juzgarnos mutuamente. Es hora de reconocer que los tiempos están cambiando. Es hora de recordar que hombres y mujeres somos distintos, pero estamos al mismo nivel; somos complementarios, y nos necesitamos mutuamente. Es hora de aceptarnos, y no degradarnos. Y es hora, sobre todo, de reconocer que, antes que hombres y mujeres, somos individuos, y que cada uno de nosotros tiene el derecho a realizar su propia identidad.

Verónica Di Mateo, DNI 31.393.351

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N. de la R.: El debate sobre este tema comenzó con una carta de Magalí Parisi, publicada el 5 de agosto y titulada "¿Qué nos pasó a las mujeres?", en la que cuestionaba los cambios que experimentó el género femenino en las últimas décadas: "A la mujer siempre se la tuvo como una persona delicada, amorosa, sencilla, confiable, que irradia luz y dulzura... Por lo tanto, miro a mi alrededor y me pregunto: ¿qué nos ha pasado?". En días posteriores se editaron cartas de otros lectores debatiendo el mismo tema. Entre ellas, la de Daniel Ciúffoli, del martes pasado, quien afirma que "las mujeres aprendieron todo lo malo que antes era exclusividad masculina". Además, dice que "envidian al hombre por las amistades sinceras que no se pueden comparar con las de ellas". Y como ejemplo apunta que "en un encuentro de amigas cuando una se va las otras hablan pestes de ella".