Una pelea que deja al desnudo diferencias históricas

Nueva York. - En pocas ocasiones el dócil Kofi Annan se ha mostrado tan duro como ahora, tras el bombardeo israelí de un puesto de la ONU en el sur del Líbano. El "jefe de la diplomacia del mundo", como él mismo se llama, acusó a Israel de un ataque "manifiestamente adrede" y "coordinado" sobre los observadores.

El embajador israelí ante la ONU, Dan Gillerman, condenó estas manifestaciones enseguida y las calificó de "precipitadas" y "falsas". La disputa pone de manifiesto la deteriorada relación entre Israel y Naciones Unidas.

El jefe de gobierno israelí, Ehud Olmert, lamentó el bombardeo en conversación telefónica con Annan, pero expresó también su "extrañeza" por sus acusaciones. Los israelíes reprochan a Annan que, aunque exige una inmediata investigación de los hechos, ya conoce el resultado, porque presupone que Israel actuó con premeditación.

Un portavoz de la ONU dijo que las fuerzas de seguridad israelíes estuvieron abriendo fuego durante todo el día contra las inmediaciones del puesto de Naciones Unidas. En varias ocasiones los observadores habían implorado al militar de contacto que detuviese el fuego. Pero los representantes murieron cuando los israelíes dieron en el blanco. En ese sentido, la crítica de Annan al ejército israelí es más que comprensible, según afirma la fuente.

En los 60 años de historia de Naciones Unidas, casi ningún otro tema ha ocupado tanto al organismo multilateral como el conflicto de Medio Oriente. El Consejo de Seguridad ha aprobado unas 260 resoluciones al respecto, que a Israel en su mayoría le han resultado indiferentes.

Los intentos de imponer las resoluciones fracasaron con el veto de Estados Unidos. Por este motivo, los países árabes, pero también muchas naciones en vías de desarrollo acusan a Washington de emplear dos varas de medir: Irak es castigado con la invasión de todo el país cuando desacata una resolución , mientras que Israel puede oponerse abiertamente a la comunidad internacional.


Intentos de acercamiento
Ha pasado mucho tiempo desde que el judío Albert Einstein pidiese ampliar la ONU para convertirla en un verdadero gobierno mundial con una tropa de policía capaz de imponerse. En la actualidad los políticos israelíes ven a menudo a la organización como un adversario, y se remiten a los reiterados intentos de excluir a Israel.

Pero justo en los últimos años Naciones Unidos se ha movido para quitar peso a la acusación de hostilidad hacia el Estado judío. Fue así como la Asamblea General introdujo el Día Internacional del Holocausto. El secretario general de la ONU también ha condenado con contundencia el llamamiento del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, a destruir Israel, así como cualquier negación del Holocausto.

Pero en opinión de muchos países miembros y funcionarios de la ONU, Israel y Estados Unidos castigan a la organización con desprecio. Cuando varios miembros del Consejo de Seguridad criticaron recientemente la respuesta israelí contra Hezbolá como desproporcionada, el embajador estadounidense John Bolton se burló diciendo que el grupo amenazaba con convertirse en un "cuarto de parloteo". Son ese tipo de declaraciones las que hieren profundamente a muchos miembros de la ONU y también a Kofi Annan. (DPA)