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jueves,
27 de
julio de
2006 |
Escalada bélica. Aumenta el cruce de acusaciones por el incidente
La ONU pidió hasta 10 veces
a Israel que parara el ataque
que mató a sus observadores
Así lo denunció el organismo. Los llamados de la fuerza de paz se repitieron en las seis horas previas al bombardeo
Nueva York. - Los cuatro observadores de la ONU en el sur del Líbano que murieron el martes por un ataque israelí habían rogado previamente durante horas a los israelíes que detuvieran el fuego, según se confirmó ayer oficialmente en Naciones Unidas. En las seis horas previas al bombardeo se habían producido otras 14 explosiones en el entorno directo del puesto de la ONU. El secretario general de la organización, Kofi Annan, exigió a Israel que investigue el incidente. A pesar de que el premier israelí expresó su "profundo pesar" por la muerte "por error" de los trabajadores, la ONU sospecha que el ataque fue intencionado. De hecho, su vicesecretario general, Jan Egeland, aseguró que el causante de las muertes fue un "misil guiado".
Los cuatro observadores no armados se comunicaron unas diez veces con un oficial de contacto israelí y le imploraron que se asegurara de que ésto no se repetiría. A pesar de que el militar prometió poner fin al bombardeo, éste continuó. Finalmente un impacto en la diana destruyó totalmente el edificio de tres pisos de Naciones Unidas.
El suceso tuvo lugar el martes a la noche en la ciudad de Khiam, al sur del Líbano. Las víctimas eran de nacionalidad finlandesa, austríaca, canadiense y china. Tres de los cadáveres fueron recuperados de entre los escombros, y todavía falta localizar el cuarto. De acuerdo a la cadena CNN, la primera bomba explotó a 182 metros del puesto de la ONU. En las siguientes horas, y pese a las llamadas de aviso al ejército israelí, cayeron otras nueve bombas a distancias de entre 90 y 360 metros, tras las cuales también se avisó al ejército.
Ruegos inútiles
La subsecretaria general de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Jane Lute, presentó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un informe sobre cómo se produjeron los hechos. Según el documento, la fuerza de paz de la ONU en el Líbano, conocida por la sigla Unifil, soportó el martes un total de 21 ataques israelíes a 300 metros de la base de observación de Khiam, y otros 12 que se produjeron a 100 metros, de los cuales cuatro tuvieron impacto en sus instalaciones militares.
"A diferencia de lo que está ocurriendo en otras bases, en las cercanías inmediatas de Khiam no se sufrieron hasta el momento ataques de Hezbolá", agregó. También denunció que, incluso cuando se estaban desarrollando las tareas de rescate de los cuatro observadores, los disparos israelíes continuaban, pese a las repetidas llamadas al ejército para que frenara la ofensiva.
Una vez que se perdió el contacto con el personal que había en el puesto, la Unifil consiguió un salvoconducto para que dos vehículos blindados acudieran a desalojar al personal, pero encontraron el lugar destruido, expresó Lute. A pesar del salvoconducto, los vehículos también fueron atacados por fuerzas israelíes, añadió.
Exigen una investigación
Lute señaló que la Unifil ha experimentado en total 145 incidentes de fuego cercano, de los cuales 16 han impactado sus posiciones, con importantes daños a los edificios, equipamientos y vehículos. Y especificó que mientras los ataques a la ONU por parte de Hezbolá son perpetrados con armas pequeñas, los disparos de Israel son aéreos y con armas de artillería.
Creada en 1978, la Unifil ha denunciado que no puede realizar sus funciones de supervisión del alto el fuego desde que empezaron los enfrentamientos el pasado 12 de julio entre el ejército hebreo y la milicia shiíta. Su misión, con casi 2.000 efectivos militares y más de 300 civiles, es patrullar la frontera conocida como la Línea Azul, que fue trazada por la ONU luego del retiro militar de Israel del sur del Líbano en el 2000, tras una ocupación de 18 años.
Mientras tanto, los gobiernos de los países a los que pertenecían los cuatro observadores han criticado con dureza el bombardeo y, al igual que Naciones Unidas, la Unión Europea (UE) y numerosos países han exigido una investigación. El Consejo de Seguridad tiene previsto condenar el ataque en una resolución, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, reiteró ayer que el ataque fue "deliberado".
El gobierno israelí, por su parte, negó tajantemente que el bombardeo haya sido intencionado y pidió perdón a la ONU. El primer ministro, Ehud Olmert, llamó por teléfono a Annan y le expresó su "profundo dolor" por la muerte de los observadores debido a un "error". Aún así, manifestó su desaprobación por las acusaciones del secretario general de la ONU de que los militares israelíes apuntaron al puesto de Naciones Unidas.
La ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, aseguró que han enviado "condolencias a las familias de los soldados y hemos dejado claro que no se trató de un ataque deliberado, porque Israel nunca ha tenido ni tendrá (a miembros de la ONU) como objetivos".
Un alto responsable de Naciones Unidas indicó ayer que Israel prosigue con los ataques próximos a los puestos de la ONU en el sur del Líbano. Precisamente en estos días el Consejo de Seguridad está estudiando el futuro de la Unifil, que termina su mandato el 31 de julio y que podría ser reemplazada por una fuerza multinacional, como acordaron los representantes de los países reunidos ayer en Roma. Es posible que la ONU decida la retirada de los 50 observadores militares de la Unifil para minimizar los riesgos.
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