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sábado,
15 de
julio de
2006 |
Escalada bélica. La aviación israelí demolió la sede central del grupo extremista en Beirut y atacó carreteras
Hezbolá declaró la "guerra abierta"
contra Israel, que exige su desarme
Decenas de cohetes cayeron en el norte israelí, matando a dos mujeres e hiriendo a docenas de civiles
Beirut/Jerusalén. - La aviación israelí destruyó la sede central del movimiento islámico libanés Hezbolá en Beirut, así como la casa de su máximo líder, quien salió ileso y declaró la "guerra abierta" contra Israel, en el tercer día de violencia a gran escala entre ambos países. Sobre el norte israelí cayeron ayer decenas de cohetes lanzados por Hezbolá, causando la muerte de otros dos civiles y 15 heridos. El gobierno israelí dijo a las Naciones Unidas que cesará inmediatamente su ofensiva, iniciada el miércoles, si Hezbolá se desarma y devuelve a los dos soldados que secuestró en una incursión a través de la frontera el pasado miércoles. Una nave de guerra israelí de las que bloquean la costa libanesa resultó con serios daños ayer a la noche, luego de ser atacada con un avión no tripulado de Hezbolá,cuyo líder afirmó que la nave se había hundido. De esta forma, la escalada, iniciada el lunes con una incursión del grupo extremista libanés que causó la muerte de 8 soldados israelíes y logró el secuestro de dos, continuaba profundizándose sin visos de una salida.
El edificio central de Hezbolá ubicado en un suburbio del sur de Beirut recibió al menos dos misiles, partiéndose literalmente en dos, según testigos. La incursión aérea israelí ocurrió en el barrio shiíta de Haret Hreik, donde el grupo extremista tiene la sede de su secretaría general y una estación de radio, que también fue alcanzada. Fue la primera vez que Israel atacó este sector residencial de Beirut.
El máximo líder de Hezbolá, el clérigo shiíta Hassan Nasrallah, salió ileso del ataque que destruyó el edificio donde reside. Después del bombardeo Nasrallah declaró la "guerra abierta" a Israel, en un discurso televisado en el que prometió bombardear todos los objetivos a su alcance en el Estado judío. Hezbolá asegura tener misiles con un alcance de hasta 110 km, que aún no ha usado.
Funcionarios israelíes replicaron a las amenazas de Nasrallah. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Mark Regev dijo que la milicia radical shiíta empujó a Israel al actual conflicto, en un "acto abierto y premeditado de guerra contra las defensas israelíes", en referencia al ataque inicial que concluyó con el secuestro de los dos soldados. Las metas israelíes en el Líbano son idénticas a las de la comunidad internacional, que debió haber actuado enérgicamente para implementar el desarme de Hezbolá, acorde lo ordenado por las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 1559 y 1680, agregó Regev.
En el mismo sentido le respondió el premier israelí Ehud Olmert al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Israel cesará sus acciones militares si Hezbolá acata la resolución 1559 de 2004 que ordena el desarme de las milicias libanesas y además libera a los dos soldados que secuestró en la cruenta incursión del miércoles pasado, cuando un comando del grupo extremista cruzó la frontera y emboscó a una patrulla israelí. Ocho soldados murieron y otros dos fueron secuestrados. Hezbolá no es sólo una milicia no estatal, explican los israelíes, sino un partido que forma parte del gobierno libanés, en el que tiene tres ministerios. Por esto es que Israel responsabilizó plenamente al Estado libanés por las acciones del grupo extremista islámico.
Posteriormente al ataque israelí sobre la sede de Hezbolá, las fuerzas israelíes lanzaron una nueva oleada contra Beirut. Se escucharon tres grandes explosiones, de una intensidad superior a las anteriores, y se vieron columnas de humo en el sur de la capital. Decenas de bloques de departamentos quedaron destrozados tras el ataque, según periodistas en Beirut. Israel también atacó puentes y nudos de comunicaciones en la costa y de la principal autopista del país, que une Beirut con Siria, país aliado y proveedor de armas de Hezbolá junto con Irán.
Al menos 61 libaneses han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí el miércoles. A lo largo de la jornada de ayer, al menos un centenar de cohetes Katiusha disparados por Hezbolá cayeron en territorio israelí. Dos mujeres, una abuela y su nieta, murieron en la localidad norteña de Moshav Meron. Unos 220.000 israelíes han buscado protección en refugios antiaéreos. Por lo menos 29 israelíes fueron heridos ayer en la última ronda de ataques, al ingresar en su tercer día la guerra de hecho entre Israel y Hezbolá. Los cohetes Katyushka alcanzaron más de una docena de comunidades en el norte de Israel. Algunas de ellas han comenzado a quedar desiertas, ya que los residentes huyen hacia el sur. En Líbano las cosas están aún peor (ver aparte).
Barco dañado por avión no tripulado
Durante su declaración por televisión, el jeque Nasrallah aseguró que Hezbolá había atacado y destruido una nave militar israelí frente a la costa libanesa. "Les prometí sorpresas. Comenzarán a verlas pronto. Una de las naves israelíes que bombardearon Beirut se está incendiando en medio del mar y se hundirá con sus armas", aseguró al hablar por vía telefónica a la televisora Al Manar, emisora del grupo extremista. Israel aseguró al principio que la nave había recibido daños leves, pero luego admitió que había sufrido daños severos, al ser alcanzada por un avión no tripulado cargado con explosivos. La nave era remolcada anoche, y según la emisora Al Yazira cuatro marineros estaban desaparecidos. El hecho demostró en todo caso la creciente capacidad militar del grupo islámico, armado y entrenado por Irán, que lo provee a través de Siria.
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Fotos
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Un misil israelí estalla ayer en una autopista cerca de la costa libanesa.
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