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 sábado, 15 de julio de 2006  
El Destripador londinense fue un peluquero

Fue el peluquero. Está claro que sabía manejar bien la navaja de afeitar y el comisario siempre tuvo el fuerte presentimiento de que Jack el Destripador no podía ser otra persona que Aaron Kosminski. Sin embargo, las "pruebas" que ahora han sido entregadas al museo del crimen de Scotland Yard, 118 años después de los cinco terribles asesinatos de mujeres en el barrio pobre de Whitechapel, son realmente de una índole poco frecuente.

Algunos incluso las consideran un poco débiles. ¿Pero en este caluroso verano europeo en el que el monstruo del lago Ness ni siquiera se ha mostrado un poquito, puede haber una mejor historia que la de descubrir al misterioso asesino de prostitutas?

Todo se remonta a 1910. Entonces el inspector jefe Donald Swanson, quien investigó el caso del "destripador" recibió un regalo, que ahora su nieto Nevill Swanson ha donado al nuevo museo.

Se trata de las memorias del que fuera el inmediato superior de Swanson, el vicejefe de la policía londinense sir Robert Anderson, que con el título "The lighter side of my official life" alude a la persona que consideraba que sería el famoso asesino. No menciona nombre alguno, pero Swanson sí lo hace en las numerosas notas tomadas en los márgenes de las páginas del libro.

Entonces hubo una serie de presuntos autores. El primer sospechoso fue Montague John Druitt, un abogado y profesor que se suicidó en diciembre de 1888.

Incluso se llegó a sospechar del príncipe Alberto Víctor, el hijo mayor del que posteriormente sería el rey Eduardo VII. Entre otros, porque fue cliente de un burdel en el barrio de Whitechapel.

Pero para sir Robert Anderson el asesino sólo podía ser una persona. En sus memorias no cita su nombre, pero le califica como judío polaco. El inspector jefe Swanson le puso nombre en las notas que hizo en las páginas del mismo libro y afirma que el polaco al que se refiere su jefe no era otro que el peluquero Aaron Kosminski. (DPA)
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