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sábado,
15 de
julio de
2006 |
Un cura frustró
un asalto en
su parroquia
de Empalme
No era precisamente un feligrés quien entró antenoche a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, de Empalme Graneros. Así lo advirtió el sacerdote Enzo Frati, quien regresó del festejo de su cumpleaños y al ingresar a la casa parroquial pasada la medianoche, escuchó ruidos y vio vidrios rotos. El párroco, de 30 años y hábil de reflejos, no dudó: cerró con llave todas las puertas, dio vuelta la manzana corriendo y dio aviso a la comisaría 20ª.
Los agentes policiales encontraron agazapado en el patio del templo a Gustavo Osvaldo Molina, de 32 años, quien iba munido de una mochila y un cuchillo tipo Tramontina.
Con antecedentes
El asaltante, que cuenta con antecedentes delictivos, ya había roto un vidrio y forzado una reja que había abandonado en el patio, pero no alcanzó a cargar consigo ningún objeto de valor. Se encuentra detenido en la repartición policial a disposición del Juzgado de Instrucción en turno.
La parroquia está ubicada en French 2550, una zona donde "los robos están controlados", al decir del comisario de la zona, Pedro Domínguez.
Frati está a cargo de la parroquia desde hace cuatro años y da misa a diario en el barrio, donde se levanta un asentamiento toba. Aseguró que es la primera vez que alguien se introduce en el templo para robar. "El hombre parecía estar ebrio, no puso resistencia", señaló. Así, seguramente después de esta acción, el cura se ganó el mote de "Padre Coraje"
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