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sábado,
15 de
julio de
2006 |
Cooperadores
policiales
Hemos leído con sorpresa la generalización planteada en la nota titulada "El mangueo institucional", que La Capital publicó el 10 de julio. Los directivos de la Asociación Cooperadora de la Seccional 2ª tenemos una labor ininterrumpida por más de 20 años, con la primera personería jurídica obtenida como cooperadora policial y documentación respaldatoria de nuestra gestión debidamente verificada por profesionales y presentada en tiempo y forma ante los organismos de fiscalización competentes, tal cual lo establece los estatutos que nos rigen. Nuestra cooperadora se sostiene con el único aporte de más de 800 socios, con fondos exclusivamente disponibles en nuestra cuenta corriente bancaria en el banco oficial de esta ciudad, y es propietaria y responsable del funcionamiento de una flota de vehículos al servicio de la comunidad. Tiene un edificio en excelentes condiciones funcionales de conservación y mantenimiento a cargo nuestro, que fue incluido en el circuito turístico para el Congreso Internacional de la Lengua. Nuestra cooperadora fue designada por el gobierno de la provincia como administradora de las obras realizadas en la actual jefatura, y está presente siempre junto a los jefes de la seccional, sin ninguna dependencia con el delito. Apoya en forma permanente a la tropa con uniformes, ayuda escolar y presentes navideños, y asiste a las necesidades temporarias de otras seccionales de la ciudad. Nuestra cooperadora nunca recurrió a la venta de bonos ni contrató servicios de agencias de promoción. Por todo ello nos consideramos eximidos de la generalización en la nota aludida.
Angel Manuel Cosio, César Díaz Colodrero, presidente y secretario respectivamente de la Asociación Cooperadora Policial Seccional 2ª
N. de la R: El autor de la nota aludida por los cooperadores sostiene que no hubo pretensión de generalizar, pero añade. "Gran parte de la ciudadanía ignora que empresas tercerizadas se llevan en muchos casos importantes porciones de sus contribuciones a las cooperadoras, lo que vuelve oscuro el destino del aporte; que muchas cooperadoras no tienen personería jurídica, por lo que resultan incontrolables; y que a menudo el pedido de aportes bordea la intimidación".
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