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domingo,
09 de
julio de
2006 |
Gaza, una tragedia y una
gran oportunidad perdida
La tremenda escalada de violencia actual contrasta
con las esperanzas que causó la retirada israelí
Steven Gutkin (*)
Jerusalén. - La transformación de Gaza de la posibilidad más prometedora de Medio Oriente en muchos años a la tragedia en la que se convirtió esta semana es la historia de una oportunidad perdida, de visiones equivocadas y represalias violentas.
El secuestro de un joven soldado israelí y la fuerte respuesta del Estado judío -con al menos 35 palestinos muertos desde el jueves- han amenazado las posibilidades de una evacuación israelí de Cisjordania, han dejado al descubierto las fuertes divisiones existentes en el partido gobernante islamita Hamas, y han dejado en un segundo plano casi irrelevante al presidente palestino Mahmud Abbas, de una posición más moderada.
Las expectativas del año pasado de que los palestinos podrían comenzar a forjar su propio Estado tras la histórica retirada israelí de la Franja de Gaza, han cedido lugar a la desesperación, la pobreza y un creciente derramamiento de sangre.
Israel responsabiliza por la situación a la decisión de los milicianos de lanzar desde la Franja de Gaza cohetes contra su territorio aún después de la evacuación israelí (lanzaron más de mil desde la retirada israelí hace 10 meses), en lugar de focalizarse en un proceso que termine forjando una nación palestina. "Ustedes no necesitan ser nuestros amigos si no quieren, pero ustedes tienen su oportunidad. Permanezcan tranquilos, inviertan en ustedes, alienten su propio bienestar", expresó el general de brigada Ido Nehushtan, miembro del Estado Mayor Conjunto israelí.
Cada vez más israelíes consideran que los hechos que sucedieron a la evacuación de Gaza -la llegada al poder de Hamas, los persistentes ataques con cohetes desde la Franja, la creciente influencia siria, iraní y de Al Qaeda en el área- son una demostración de que una retirada similar de Cisjordania no es viable.
Los milicianos palestinos, por su parte, sostienen que Israel no puede controlar Gaza durante cuatro décadas, retirarse y luego esperar que todo se normalice rápidamente. La continuación de los ataques contra Israel está justificada, consideran, porque el Estado judío aún ocupa Cisjordania y controla el espacio aéreo, marítimo y la frontera de Gaza. Pero otros palestinos argumentan que el fracaso en aprovechar la evacuación israelí para generar prosperidad y la forma en que el Estado judío se retiró de Gaza, de manera unilateral, debilitó a los sectores moderados y fortaleció a los más radicales, que interpretaron la retirada como una victoria.
El fracaso del presidente palestino Abbas para frenar los ataques de los milicianos y lograr la liberación del soldado secuestrado, Guilad Shalit, ha dejado en evidencia su creciente marginalización. Abbas, que fue elegido el año pasado en comicios diferentes a los parlamentarios de los que salió el Ejecutivo de Hamas, se ha encontrado sin poder en medio de la crisis actual.
Shalit fue secuestrado en un ataque fronterizo el 25 de junio por milicianos del brazo armado de Hamas y de otros dos grupos vinculados, que demandan la liberación de algunos de los 9.000 presos palestinos que permanecen en cárceles israelíes.
(*) Corresponsal jefe de AP en Jerusalén
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Una casa palestina acribillada por metralleta.
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