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Los favoritos Brasil, Alemania, Argentina, Inglaterra y España quedaron en el camino

Alemania 2006 termina con una final entre dos selecciones europeas ya campeonas del mundo, pero sin que hayan acudido a esta cita como favoritas. Esta vez no está Brasil, lo cual es toda una novedad después de tres mundiales consecutivos. Tampoco el país anfitrión, un habitué de los partidos decisivos. Lamentablemente también quedó afuera Argentina. Igual que ingleses y españoles.

  Por el peso específico de sus estrellas, por su condición de quíntuple campeón y porque atrae el hecho de que sea protagonista de una final, el primer favorito era Brasil, pero quedó eliminado en cuartos de final por Francia, que parecía distraída en los trámites de jubilación de Zinedine Zidane, su jugador clave, y no sólo lo dejó afuera sino que será protagonista de la final.

  Es más, hasta el brasileño Ronaldinho era llamado a ser el futbolista del Mundial, proyectado a esa candidatura por los éxitos clamorosos, individuales y colectivos alcanzados en Barcelona durante la temporada 2005/2006, pero no levantó vuelo y Thierry Henry, con un golazo al mejor estilo de Ronaldo, le “cortó las piernas”, como suele decir Maradona.

  La segunda candidata, sin demasiadas razones más que la de ser local, era Alemania, que tambaleó al jugar frente a Argentina, su primer rival duro después de cuatro partidos en los que careció de relieves. Y pasó por penales.   Aunque ahí quedó. El choque ante Italia en semifinales rompió la ilusión alemana, apoyada en el azar, en algún destello de Klose o en un error del rival. Italia no se equivocó, el goleador alemán tocó poco el balón y el billete premiado de la lotería no lo tenía en su poder Juergen Klinsmann.

  Argentina no llegaba como candidata, aunque bastó que ganara en el debut y que en el segundo partido goleara a Serbia y Montenegro (6-0) para que se situara rápidamente entre los que parecían tener más posibilidades de alzarse con la Copa del Mundo. Sin embargo, los dos penales que atajó el alemán Lehmann frenaron la ilusión albiceleste.

  Tampoco la Inglaterra del sueco Sven Goran Eriksson pudo llegar, con su emblemático volante David Beckham, que jugó con el piloto automático encendido y el freno de mano puesto durante el torneo.

  Hasta España, que amagaba con superar todo lo hecho hasta ahora en la máxima competencia de la Fifa, se quedó corto tras un gran arranque y fue otra de las víctimas de Francia.

  Con ellos afuera, aparecieron franceses e italianos en la gran final. Unos de la mano del mágico Zidane, otros en silencio y avisando que nunca deben dejar de ser considerados candidatos al título.