Historia repetida. Los empresarios aseguraron que no tienen dinero y el municipio estudia estrategias

Empezó junio y se largó el debate por el precio del boleto

Los colectiveros quieren que el 1º de julio les paguen un incremento del 20% que se había acordado en marzo

Diego Veiga / La Capital

De vuelta al ruedo. La sombra de un nuevo aumento del boleto de colectivos sobrevuela Rosario ya que los choferes reclamarán a los empresarios un incremento salarial del 20 por ciento que habían preacordado a fines de marzo. Y puertas adentro de las firmas aseguraron que abonarlo "es imposible". Así, el municipio desplegará distintas alternativas para evitar que la tarifa vuelva a cambiar. Mientras tanto, el secretario general de la delegación local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Manuel Cornejo, se mostró inflexible en su reclamo: "Vamos a mandar cartas documento a los empresarios para comunicarles que el 15 de junio nos sentaremos a tratar el tema. Queremos el aumento que se acordó. Así que lo único que vamos a escuchar es de qué forma lo van a pagar a partir de julio".

El preacuerdo de este nuevo incremento se había sellado a fines de marzo, cuando tras una serie de paros del transporte que dejó a los rosarinos a pie, los empresarios sellaron un aumento del 16 por ciento en los sueldos de los choferes y pactaron que en junio otorgarían el 20 por ciento restante para llegar al 36 que reclamaba la UTA.

"En ese momento el intendente dijo que firmáramos porque iban a tocar la tarifa. El sabía perfectamente que nosotros en junio no íbamos a poder pagar el 20 por ciento que faltaba. Y bueno, ahora hay que ver cómo salen de esto", dijo uno de los empresarios rosarinos más fuertes del sector.

Desde el municipio, el director del Ente de Transporte, Alejandro Boggiano, intentó poner paños fríos a la situación. "Hay que analizar todas las variables para saber si en realidad hay que recomponer la tarifa", indicó, y remarcó que "a partir del reclamo de los choferes habrá que hacer un estudio del sistema para analizar cómo impacta en el costo de la tarifa".

En tal sentido, el funcionario explicó que "lo que hoy paga el usuario no es el costo real del boleto, pero hay un sinnúmero de variables que hacen que se mantenga en ese precio". Y a su entender, no hubo mayores cambios desde que se otorgó el último incremento, el pasado 6 de abril, cuando el pasaje se fue de 75 a 95 centavos.

No obstante, a renglón seguido admitió que este incremento salarial podría modificar algunos números de la tan trillada fórmula polinómica por medio de la cual se calcula el costo del pasaje.


La estrategia oficial
Un día después de que se otorgó el último aumento del boleto que atemperó los efectos de la suba del 16 por ciento en los sueldos de los choferes, el municipio puso en marcha un plan para afrontar este nuevo reclamo que ahora lanza la UTA.

Por esos días, la secretaria de Servicios Públicos, Clara García, explicó que se trabajaría en tres frentes: la búsqueda de mayor eficiencia empresaria en el manejo de los costos, el planteo a nivel nacional de una reforma en la distribución de los subsidios para el sector del transporte público y la consolidación del aumento que se viene dando en la cantidad de pasajeros.

Así, se buscaron modificaciones en los criterios de distribución del subsidio al transporte (Sistau) que recibe la provincia. Hasta ahora, el Sistau se distribuye en forma directamente proporcional a la productividad del sistema, es decir, cuanto más pasajeros se transportan, más kilómetros se recorren y más se recauda, más subsidios se reciben.

Lo que Rosario busca es cambiar esas pautas, y propone que las ciudades que tengan tarifas del boleto bajas reciban más subsidios a modo de premio. Lo mismo impulsa para las localidades en donde se renuevan las flotas de colectivos y tienen a todos los empleados al día con sus cargas sociales y aportes jubilatorios.

También aspira a cambiar la relación mediante la cual cada provincia aporta al fondo, ya que según había admitido García "Santa Fe está aportando casi el doble del dinero que recibe".

El viernes pasado, desde la Secretaría de Transporte de la Nación que comanda Ricardo Jaime se dictó un decreto que modificó subsidios que recibe el área metropolitana de Buenos Aires y que busca atemperar los efectos del último aumento de sueldos de los choferes.

Ese decreto era esperado en Rosario, ya que marcaría el camino para que la ciudad reciba uno similar que ayudaría a alejar los fantasmas de un aumento del boleto.

Mientras tanto, otra de las variables como la consolidación del aumento del número de pasajeros podría dar algo de oxígeno al sistema.

Lo concreto es que la ingeniería que se puso en marcha en abril para evitar otro aumento del boleto ante este nuevo reclamo de la UTA, parece moverse no con mucha velocidad.

Así, la sombra de un nuevo incremento sobrevuela la ciudad, por más que desde el municipio se esfuercen por remarcar que "habrá que analizar todas las variables".

Los plazos se acortan. La UTA quiere sentarse con los empresarios el 15 de junio y espera escuchar de qué forma le pagarán el aumento de salarios.

El último aumento de boleto fue en marzo.