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miércoles,
31 de
mayo de
2006 |
La selección ganó casi sin transpirar
El partido ante Angola fue la crónica de un resultado esperado. Es que nadie hubiera imaginado una derrota de la selección nacional. Mucho menos cuando a los 4 minutos un desborde por derecha de Maxi Rodríguez terminó en una remate de Saviola desviado. Fue la señal para dejar en claro que el trámite tomaría la dirección de Argentina.
Ni hablar cuando a los 28’ Maxi conectó de sobrepique un centro pasado de Sorín, aprovechando que Saviola se llevó estratégicamente la marca. El gol marcó la real distancia que hubo entre ambos equipos. Antes de eso, la selección había molestado al arquero Ricardo con una maniobra individual de Crespo, un disparo de Riquelme y otro de Maxi.
El otro gol llegó a los 36’ tras un centro de Sorín que se desvió en el defensor Mateus y descolocó al arquero angoleño.
Todo lo que vino después atendió a dos equipos que recurrieron a muchos cambios con la intención de probar variantes y esquemas.
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