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miércoles,
31 de
mayo de
2006 |
El ingreso de Messi le cambió la cara
Lionel Messi demostró en 25 minutos que no puede estar afuera del equipo titular. Aunque también es cierto que si no está en su punto máximo en lo físico es apropiado que Pekerman no lo incluya de movida.
Por lo pronto, el pibe pagó esa falta de fútbol con una actuación bastante acorde con lo que se espera de él. Apenas ingresó por Saviola procuró la pelota, se metió enseguida en el juego y buscó como cómplices a Crespo y Aimar, quien había entrado por Maxi Rodríguez.
También fue saludable verlo gambetear cuando las circunstancias lo requerían y casi nunca cayó en el pelotazo sistemático. De una jugada con su sello casi llega el tercer gol, pero el remate de Maxi Rodríguez terminó en el travesaño.
Con Riquelme apagado y errático, toda una rareza en su juego, la entrada de Messi le dio otra dinámica a la selección. El manejo de los ataques ya no descansó tanto en los laterales como con Román, porque Messi gambeteó para adelante y con el pase profundo entre ceja y ceja. En definitiva, un rendimiento a tono con su condición de crack.
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