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miércoles,
03 de
mayo de
2006 |
Se llevan 150 celulares de un local de telefonía
El local estaba repleto de colillas de cigarrillos y eso daba la impresión de que los intrusos le habían dedicado mucho tiempo a su labor. Ocurrió en un local de venta de teléfonos celulares al cual los maleantes ingresaron tras barretar una persiana y una puerta sin que nadie escuchara nada. “Se llevaron absolutamente todos los teléfonos, hasta los de juguete”, comentó ayer el encargado del local antes de encarar el inventario de lo esfumado, que se estimaba en alrededor de 150 aparatos cuyo valor oscila entre 100 y 700 pesos cada uno.
El robo ocurrió el domingo al mediodía en un comercio de venta de telefonía celular que desde octubre del año pasado funciona en San Martín 3069. “Parece que a eso de las 2.30 de la madrugada llamaron a la policía desde un supermercado chino que está enfrente porque habían visto a tres tipos sentados en el escalón del local”, narró Germán Rumín, encargado del comercio. “Pero evidentemente —agregó el muchacho de 28 años— no vinieron. Y recién a las 6.30 nos llamaron de la comisaría 16ª para que constatara el robo”.
Al parecer, fue otro vecino el que se comunicó con el Comando Radioeléctrico luego de haber visto “alrededor de las 3 de la mañana” cómo “tres pibes jóvenes se llevaban muchos bolsos en dos motos”.
El encargado del local de telefonía contó que los ladrones rompieron la guía de la persiana con una barreta que después usaron para violentar la puerta de ingreso. “Ni siquiera rompieron los candados”, indicó mientras se preguntaba “¿cómo nadie escuchó nada con lo ruidosa que es esta persiana?”.
Una de las presunciones de las víctimas es que los ladrones planearon bien el robo, ya que “aprovecharon justo el día feriado en que el diariero no estaba, porque siempre viene bien temprano”, dijo una empleada señalando un quiosco de revistas ubicado frente al local.
A media tarde de ayer, los empleados trataban de reconstruir el inventario de lo robado. La tarea se dificultaría porque el viernes habían entrado nuevos equipos que aún no habían sido ingresados en la contabilidad. Sin embargo, atando cabos y contando cajas vacías, Rumín calculó en cerca de 150 los equipos robados. “Al parecer se llevaron todo para atrás y ahí vaciaron las cajas y sólo cargaron los teléfonos”, dijo Germán, y añadió que el local cuenta con una alarma instalada sólo en la parte trasera, aunque ya estaba pensando en ampliar el sistema.
“Todas las semanas nos enteramos de nuevos robos en distintos negocios de la zona. Cuando uno escucha eso, lo único que podés agradecer es no estar en el momento del robo”, reflexionó la empleada del local de telefonía en alusión al primer robo sufrido por el negocio cinco días después de abrirse. Aquella vez, el asalto fue a mano armada, con privación de la libertad, y el momento vivido “fue mucho más feo”.
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