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domingo,
23 de
abril de
2006 |
Panorama en el Gongreso
Interpelación retórica en Diputados
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, va al Parlamento solamente para cumplir con un trámite constitucional
Rodolfo Montes / La Capital
Alberto Fernández se prepara para contestar las preguntas que ya le hicieron llegar de Diputados. La sesión del miércoles se consumirá con la visita del jefe de Gabinete al Congreso. La interpelación, un mecanismo constitucional pensado para transparentar los actos del Ejecutivo, termina en los hechos siendo un monólogo que deja insatisfechos muchos interrogantes. Desde la perspectiva del bloque oficial -y de algunos opositores-, se trata apenas de una puesta en escena donde unos jugarán para defender cerradamente la tarea del gobierno y el resto se dedicará a denostarla.
Agustín Rossi -Frente para la Victoria (PJ)- prometió que el bloque que dirige defenderá a su jefe. "Las preguntas que le harán son retóricas, incluyen crítica y descalificaciones, entonces nosotros nos vamos a involucrar para defender al gobierno", anticipó el rosarino a La Capital.
El estilo de "discutir todo" que instaló este gobierno resulta visible; es una marca distintiva y fructífera en distintos planos. Con audacia removió a varias instituciones corporizadas e intocables de Argentina. Pero el debate con ideas y con argumentos puede, tras un pequeño paso, derivar en descalificación autoritaria. Entre una cosa y la otra hay una brecha pequeña, pero determinante. El peligro es cuando los protagonistas de los debates no tienen la estatura ni la templanza necesarias y exhiben un sitio en el poder como único argumento. Allí es cuando termina aturdiendo la voz de los mediocres.
En tanto, el rosarino elegido por Néstor Kirchner como jefe del bloque oficialista, cada día piensa más en su precandidatura a gobernador de Santa Fe. Curiosamente se alegró cuando conoció una encuesta de su confianza que lo da cómodo perdedor ante Hermes Binner si los comicios fueran hoy. El dato no es sorpresivo y mantiene el escenario de octubre del 2005. Lo revelador de ese sondeo es que también Carlos Reutemann perdería hoy, y cómodamente, ante el tanque electoral del socialismo. Rossi ya anunció que será precandidato y espera que el senador, el Señor ni, se decida o no buscar un tercer mandato.
Al panorama complicado para el justicialismo provincial hay que agregarle la fecha de las elecciones de 2007. Las provinciales (gobernador) se harían en septiembre y las nacionales (presidente) el tercer domingo de octubre. "Para cambiar eso hay que promulgar una nueva ley; le voy a proponer a Binner que presentemos un proyecto juntos para unificar la fecha", dijo Rossi, con ironía, y largó su clásica carcajada. Todos presumen que ir con un Kirchner arrastrando una boleta electoral sería santo remedio para sus males. Pero todo indica que no sucederá en este caso.
En el tercer piso del Congreso, en el búnker de Rossi, creen estar bien encaminados. Imaginan un año de trabajo para consolidar la nueva estructura política provincial (el Instituto Santafesino de Políticas Públicas) al tiempo que el conglomerado reutemista se vaya agrietando y marchando hacia su final de época. "Ellos no tienen destino, ya se dieron cuenta. Lo que pasa es que conservan una ilusión -llamada Reutemann- que por ahora no hay que atacar ni ofender porque puede resultar contraproducente. Tenemos que seguir como vamos, el tiempo los acomodará naturalmente", cranean a pocos metros de Rossi.
De todos modos, nadie se anima a dar por agotado el ciclo del ex corredor antes de que los hechos sucedan. "Pero sí es una locura pensar que Kirchner vaya a llamar a tal o cual para que sea el candidato, sobre todo en Santa Fe. Ese gesto ya se hizo en un momento y salió mal", recuerdan en alusión al caso de María Eugenia Bielsa. La vicegobernadora, ahora sí, jugará su candidatura en 2007, junto a Rossi, en un terreno bien difícil: el municipio rosarino. En cuanto al Lole, todo dependería de la iniciativa propia del interesado, que hasta la fecha se verificó nula.
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