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 domingo, 23 de abril de 2006  
Claudio Bustos y Karina Sauco narraron sus vivencias en Santa Cruz
"Kirchner utilizó la muerte del policía Sayago"
La pareja de piqueteros dice que el crimen del policía sirvió para militarizar Las Heras y sacarse de encima a Acevedo

Walter Palena / La Capital

Claudio Bustos y Karina Sauco vivieron en la ciudad de Las Heras hasta diciembre del 2004, cuando se vieron obligados a exiliarse en el Gran Buenos Aires por la persecución política e ideológica de la policía santacruceña, a la que consideran una de las más brutales de Argentina. Hoy esta pareja de piqueteros recorre el país denunciando la represión en el sur y cada tanto reciben el cobijo de organismos de derechos humanos, los mismos que lo trajeron a Rosario para que cuenten su experiencia de "lucha y resistencia" en ese paraje patagónico.

Las Heras alcanzó fama nacional luego de que una revuelta entre manifestantes y policías terminó con el asesinato del oficial Jorge Sayago, por el que ni Bustos ni Sauco parecen conmoverse; al contrario, peligrosamente lo justifican.

"Fue una reacción de un sector del pueblo que se cansó de la represión. Nosotros no decimos que Sayago mató a fulano o mengano, pero lo que sucedió en Las Heras tiene que ver con una escalada represiva que lleva años", argumenta Bustos. A su lado, Norma Ríos, de APDH Rosario, aporta lo suyo: "Sayago no era un luchador, era un intolerante que estuvo en el lugar y momento equivocados".

A pesar de este polémico enfoque, Bustos asegura que el poder político y la policía de Santa Cruz todavía deben dar cuenta del asesinato de uno de sus hijos antes que profundizar en la causa Sayago. Karina explica lo que pasó: "En diciembre del 2004 me detienen y me llevan a la comisaría. Les digo que estoy embarazada de casi cuatro meses; entonces me apartan y me llevan a la cocina. Ahí entra el oficial Borquez y comenzó a patearme. Luego me apretó la panza con el bastón hasta que me hizo perder el bebé".

Luego de ese hecho Claudio y Karina "escapan" a Buenos Aires. Cuando intentan volver a Las Heras, hallan un panorama sombrío: a Bustos lo echan del trabajo y el intendente les quita la casa donde vivían. Deben irse definitivamente, aunque los recuerdos siguen vivos y los persiguen.

En la memoria de Bustos todavía está fresco el relato de un grupo de "compañeros piqueteros" que fueron sometidos a un simulacro de fusilamiento cuando los trasladaban de Las Heras a Pico Truncado, luego de protagonizar un bloqueo a una petrolera que terminó en revuelta y detenciones.

"La policía de Santa Cruz, apañada por el poder político, es una de las más brutales y tiene métodos similares a los de la dictadura", sostiene Bustos, y dice que Kirchner usó el crimen del policía para beneficio propio: "Aprovechó esa muerte para militarizar Las Heras con la Gendarmería y, además, para sacarse de encima a (Sergio) Acevedo".

Por las palabras de Bustos y Sauco, en Las Heras el odio y el resentimiento se acumulan con la misma intensidad que el petróleo.
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Claudio y Karina se conocieron en un piquete en Las Heras.


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