En Foco. La disputa por la carne

La Justicia Federal procesó esta semana que pasó al Secretario de Agricultura de la Nación, Miguel Campos, por irregularidades en la adjudicación de la cuota Hilton de los dos últimos períodos, cuestionando esencialmente el perjuicio que ésto ocasionó sobre algunas industrias exportadoras. Aunque la medida fue producto de una denuncia que realizaron los frigoríficos nucleados en el consorcio ABC -los más grandes del negocio- en el año 2004, resultó por lo menos llamativo que la decisión se tomara en un momento en que la discusión entre el gobierno y el sector cárnico atravesaba horas decisivas.

Pese a los ingentes esfuerzos del presidente Néstor Kirchner -a través de medidas de todo tipo y color- la carne se resistía a bajar en el mostrador y todo indicaba que el gobierno había fijado a esta semana como la fecha límite para hacer el quiebre y lograr el descenso de los precios.

Por eso, desde el lunes pasado se rumoreaba, y finalmente se concretó el jueves, que el gobierno volvería a tomar medidas para frenar una escalada de los valores del ganado y que estaría dispuesto a jugar todas las fichas para lograrlo.

Pero las gestiones no resultarían tan sencillas si finalmente no se arribaba a un acuerdo con todos los eslabones de la cadena cárnica, cuyos intereses aún parecían demasiado atomizados como para alumbrar un consenso.

Sin embargo y casi como el que saca el conejo de la galera, en una sola jornada el negociador oficial Guillermo Moreno se transformó en el flamante secretario de Comercio Interior (dependencia creada a su medida), logró un acuerdo con el sector y anunció que habrá nuevos precios de referencia para la carne que también alcanzará a los cortes de calidad.

El mismo día, la Justicia procesó y embargó por 10 millones de pesos a Miguel Campos, quien en todo momento estuvo corrido de las negociaciones por este tema, que son eminentemente de su cartera y su segundo Javier De Urquiza -con quien mantiene un duro enfrentamiento- fue el que salió en la foto junto a Moreno anunciando el tan ansiado acuerdo.

Justamente el mismo funcionario que estaba enfrentado con los peso pesado de la industria cárnica por la modificación en los parámetros de reparto de la Hilton.

En medio, los hombres de la producción y de la industria -especialmente de Santa Fe y Córdoba- prefirieron llamarse a silencio ante Moreno y dejaron en el cajón de los recuerdos los elogios que supieron profesar hacia Campos por los beneficios que trajo para la provincia la modificación en el reparto de la Hilton y la pelea que dio el funcionario contra Monsanto por las regalías de la soja.

La carne tiene que bajar y parece que el fin justifica los medios.