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 domingo, 16 de abril de 2006  
Encanto francés en Brasil
Buzios: La playa que coronó Brigitte Bardot
Nació como aldea de pescadores y creció atrayendo viajeros de todo el mundo. Un rincón de Brasil que se desarrolló con el impulso del turismo

Mari Stapich

En 1965 fue Brigite Bardot la primera en enamorarse del bello paisaje de Armaçao dos Búzios. A ella la siguieron miles y miles de personajes. Entre cariocas, habitantes del resto de Brasil, europeos y personas de América en general, fueron poblando este tranquilo pueblo de pescadores.

Mirka tiene 22 años, y hace 4 años que cayó en el embrujo de Buzios. "No sos vos la que elige Buzios, es él quien te elige" dice, mientras reparte las bebidas en un barcito a la vera de la playa de la Ferradura. Vino persuadida por su primo, quien llevaba 12 años viviendo en Cabo Frío, vecina localidad de la vedette brasilera. Arnold, que vende masajeadores de cabeza, dice que hace doce años este lugar era exclusivo y la virginidad de sus playas le daba un toque único. "Parecía el lugar prometido" dijo mientras probaba su masajeador a una americana.

Con veintiseis playas que se reparten en una extensión relativamente pequeña, Buzios es posible de recorrer en su totalidad en menos de una semana. La variedad de estilos hacen que el viajero con preferencias pueda ser satisfecho. El surf, el kitesurf, buceo, snorkel, paseos en scunas, son algunas de las posibilidades complementarias para disfrutar de una estadía.

Joao Fernandez es la que se presenta como su mayor atracción. Es la playa más concurrida y donde acude cada argentino en busca de lo que le habían prometido. Pero la verdad es que la belleza "prometida" se reparte por toda la península.


El recorrido
Para comenzar está la Praia do Canto, la playa del centro, que como todas las del centro en las ciudades de la costa brasilera son no accesibles. Seguida de ella, Praia do Armaçao, no es concurrida por ser el parking de los barquitos pesqueros, que se pueden apreciar llenos de pescadores a tempranas horas del día. En el mismo lugar y dentro del mar, está la escultura de los tres pescadores, que llama la atención de noche, imitando la labor diaria de los primeros habitantes de Buzios. Frente a ese mar interminable se estampó la imagen de Brigite Bardot sobre sus maletas, tal cual como se la vio la primera vez por el lugar, que quedó marcado por su nombre: una de las ruas principales lleva su nombre, Orla Bardot.

Hacia el este, un conjunto de tres seguidillas: Praia dos Ososs, Azeda y Azedinha se esconden en la bahía que crea uno de los tantos morros. Este lugar es para el pasajero que busca tranquilidad. Olvidadas por sus habitantes, no descubiertas aún por el turista tradicional, se hallan en un perfecto estado de virginidad.

Praia dos Ossos, que traducido al castellano significa Playa de los Huesos, recibe su nombre porque hace muchos años atrás habían aparecido sobre la costa restos óseos de ballena. Esta no presenta las mejores playas debido a su cercanía con la del Armaçao. Azeda y Azedinha no presentan algún atractivo relevante, y es por eso que la gente no concurre, haciendo del lugar un perfecto escondite para zambullirse en sus aguas calmas y claras.


Tranquilas y famosas
Al lado de la Praia do Canto, pero en dirección oeste, se encuentra otra belleza tranquila: Praia da Tartaruga (tortuga en portugués), que toma su nombre del morro que la vigila, con forma de ese animalito.

Otra vez hacia el este se encuentra la protagonista principal de la península: Joao Fernandes. Aunque promete más de lo que muestra, se encuentra encerrada en una bahía cuyo marco construyen muchas posadas. Sobre uno de los tantos morros que la cierran se encuentra el famosos Colonna Park, uno de los hoteles de mayor categoría y más antiguos de la zona.

Los bares son ínfimos en el recorrido de sus costas, con todo tipo de sabores. Famosas y cosmopolitas son las fiestas en sus playas: "Llegué hace una semana y aún no conozco otra playa que esta" dice Willy que vino en busca de la "promesa" desde Edimburgo.

Doblando hacia la parte sur de la península y vigilada por un morro que promete vistas panorámicas incomparables, se encuentra Praia Brava. Famosas por sus olas y porque allí se encuentra el parador de Caras. Meca de surfers, en especial a últimas horas del día, donde se juntan para desafiar las hostilidades del mar.

Praia do Forno y da Foca pueden pasar desapercibidas si uno no rebusca sobre el paisaje. Caminitos muy sinuosos, de tierra, y casi inaccesibles nos dirigen a un mundo de otro color. Con arenas rojas y espuma estancada por su atajo de recobecado, se extienden unos 20 metros.

El buggy es el transporte recomendado para recorrer este tipo de relieve y captar al máximo todas las alternativas que ofrece Buzios.

Ahora, hacia el sur, aparece la Praia da Ferradura. Jamás pasará inadvertida. La más grande en su extensión encierra una bahía de 180º. Con playas muy anchas, pero con aguas que no dejan disfrutarse mucho. Es el lugar donde María tiene un puesto de ostras. Una típica inversión playera es la compra de castañas de cajú y ostras al limón. Simón, vendedor de castañas, recorre una a una las playas "con un itinerario diario sujeto a modificaciones".


Al centro
No todos los días se llenan todas las playas, aunque Joao ofrece movimiento todo el día, la competencia es grande. María lleva casi 15 años en Buzios, con el mismo oficio, venida de Bahía, también persuadida por el rumor de la belleza de estas playas, se quedó para siempre en estas tierras donde formó su familia que la ayuda a diario el puesto. El ambiente de la Ferradura es mucho más familiar que el de otras playas.

El retorno al centro se hace por la famosa vértebra de Buzios y, después de unos kilómetros, una rotonda se enclava para mostrar la dirección a la escuela de surfers de los niveles más variados. Por el sur: Geribá, la praia con más onda surfer del lugar. Las casas se emplazan en un terreno muy desparejo y le dan un toque fantástico al paisaje, que se adapta totalmente al horizonte plena de morros de distintas alturas.

Hacia el oeste, la costa es interminable y sus olas son de una altura considerable para el surf. Daiana tiene 14 años, y es 2º campeona del surf de señoritas de la localidad. Nació en Buzios, mientras sus padres vinieron en busca de otro tipo de oro desde la mina dorada Brasilera (Mina Gerais). Me vistió con el equipo de surf principiante y nos lanzamos al mar, el cual se mostraba tranquilo con los primeros rayos del sol, y fue enfureciendo de a poco. "Deja que tu cuerpo sienta las ondas", así empezamos. No era la única en busca del descubrimiento de la sensación. Entre niños, adolescentes y adultos inundábamos el mar.


Delicias de mar
Las playas no son la única promesa de Buzios: el Centrinho, es donde miles y miles de turistas se reúnen después de una larga jornada de playas. Rua das Pedras es algo parecido a un centro comercial pero con un aire isleño, tranquilo, un ambiente muy relajado, y tantísimas lojas que no cierran sus puertas hasta ver al último turista despedirse de la noche. Bares, restaurantes, discos, boliches. Paladares todos.

La ruta gastronómica se concentra en los frutos del mar. Platos con alto grado de perfeccionamiento, con los mejores maestros de la costa. Desde económico a costoso, hay para todos los paladares. Inclusive para el que no pueda adaptarse a las comidas exóticas, existen los restaurantes tradicionales.
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