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domingo,
16 de
abril de
2006 |
Sobre gustos: Marta Ortiz
El próximo jueves, a las 19.30, Marta Ortiz presentará en Centro Cultural Ross (Córdoba 1347) su libro "El vuelo de la noche", cuentos por los que obtuvo el primer premio en la Bienal Internacional de Literatura de Puerto Rico, en el año 2000. Mientras se prepara para la presentación, que estará a cargo de Angélica Gorodischer y contará con la participación de Clara Rozín en la lectura de textos, respondió este cuestionario.
-¿Qué lugar de la ciudad te gusta?
-Todos los que escapan hacia el verde y el río: las glorietas que abren las acacias amarillas en las calles del verano, los eucaliptos centenarios y los palos borrachos cuando nievan sobre la avenida Belgrano; y esos barcitos tan imbricados con el río que parecen barcazas y te llevan a navegar.
-¿Cómo es tu momento ideal?
-Cuando libre de ataduras me siento a disfrutar de un libro, de una película, o simplemente de una tarde de lluvia frente a una taza de café y la hoja en blanco que espero llenar.
-¿Cómo escribís un cuento y cómo escribís un poema?
-En mi experiencia, el cuento nace como un deseo que urge cumplir. Una imagen, una historia, una palabra que por alguna razón hace contacto con mi necesidad expresiva y que pugna por obtener su forma, se abre paso en el papel o en la pantalla (y este proceso puede durar días o meses) hasta "doblar la esquina" que lo conducirá a un final, que es lo mismo que encontrar su forma definitiva. Ahora bien, cómo esa forma imperfecta da con la forma ideal y se convierte en un cuento, es un misterio que no puedo explicar, de raíces muchas veces inconscientes. El final, para mí, es casi siempre una incógnita a develar. Cuando mi palabra se condensa gana en intensidad y busca naturalmente la forma del poema. No me propongo escribir una cosa o la otra; cada imagen, idea o sentimiento encuentra su propio y perfecto modo expresivo. Y los rasgos de ambos géneros se entrecruzan libremente.
-¿Cuál es el secreto de un cuento?
-El cuento debe ser creíble, mantendrá la tensión desde la primera hasta la última línea, encontrará el tono adecuado en la atmósfera correcta y dibujará con mano segura la o las peripecias que ha de vivir el personaje. Parece simple pero no lo es.
-¿Qué diferencia hay en escribir para jóvenes y escribir para adultos?
-No muchas. Hay diferentes lecturas a diferentes edades. La buena literatura está disponible y nos espera en el estante de la biblioteca. Claro que no es lo mismo leer un clásico, por ejemplo, a los 18 que a los 40. Pero Julio Verne, Stevenson, Mary Shelley, Dickens, Homero, no escribieron pensando en una edad determinada. Yo escribí dos cuentos poco encasillables, una experiencia hermosa y distinta, cuyos destinatarios son adolescentes y jóvenes con otras capacidades.
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