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 domingo, 16 de abril de 2006  
Debaten llevar a cabo la matanza selectiva de 4.500 bisontes

En octubre pasado, un grupo de científicos se reunió en el edificio fortificado del campus Edmonton de la universidad de Alberta para reflexionar acerca de la mejor forma de matar a los 4.500 bisontes infectados de tuberculosis y brucelosis de un parque nacional canadiense.

Los animales, que viven en el parque nacional Wood Buffalo situado aproximadamente a 750 kilómetros al norte de Edmonton, representan a una de las últimas y más grandes manadas de bisontes sueltos, como aquellas que anduvieron libres por el oeste de Norteamérica hasta que los europeos se establecieran en las llanuras a finales del siglo XIX.

Pero los búfalos, que fueron llevados al parque desde el sur de Alberta en los años 1920, están infectados con una enfermedad que se originó en el ganado de los colonos, tuberculosis y brucelosis bovina. Por casi dos décadas ha estado bajo suspensión del cumplimiento de la sentencia.

Eso se debe a que, si bien no ha habido instancias en las que el búfalo infectara al ganado doméstico u otros bisontes viviendo al norte y al este del enorme parque, las enfermedades son todavía consideradas un riesgo para la industria de la carne canadiense.


Especie simbólica
El problema al que se enfrentaban los científicos en Edmonton era si sería posible matar a casi todos los bisontes en un parque que es más grande que Holanda y Luxemburgo juntos y luego llenar el área con nuevos animales libres de enfermedades.

La respuesta del grupo fue afirmativa. Pero se estima que costaría alrededor de 66 millones de dólares y tomaría dos décadas. Y, como observaron en su informe, ellos están resolviendo cuestiones técnicas y no recomendando una matanza selectiva.

"La pregunta por la política más amplia debe ser respondida por un grupo mayor que represente una amplia gama de intereses", afirmaba el informe. "Los bisontes son una especie ícono en Canadá. El tema de despoblar una manada libre es extremadamente polémico", agregó.

El gobierno canadiense tenía un plan en 1990 para erradicar al bisonte de Wood Buffalo, pero nunca llevó el esquema adelante porque nadie estaba seguro de cómo sería realizada la tarea, si las manadas podrían ser reemplazadas con ganado saludable y qué efecto tendría cambiar las bestias por otras especies en el parque como lobos, caribúes y alces.

La reunión de Edmonton decidió que el plan era factible. Tomaría 10 años sacrificar a las manadas existentes al rodearlos en corrales, luego empleando cazadores locales o usando a los llamados bisontes "Judas", equipados con collares con radios para rastrear a los rezagados.

Después de que la manada existente fuese eliminada, el parque sería repoblado con al menos 1.000 bisontes libres de enfermedad, aunque los científicos dijeron que tomaría otra década para hacer que la manada volviera a su tamaño actual.

El plan tiene sus detractores, algunos de los cuales dicen que las consecuencias para el parque son impredecibles, a la vez que cuenta con el apoyo de los ganaderos. (Reuters)
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