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domingo,
16 de
abril de
2006 |
Los cestos
y la limpieza
Cuando éramos pibes tirar un papelito por la ventanilla del auto era un signo de indolencia corregido por el barrendero cuando pasaba con el escobillón. Eso era por los sesenta, cuando comíamos una golosina por día. Pero hoy somos más andando por las calles y para satisfacer nuestras ansias de consumo abrimos diariamente decenas de embalajes que tienen por destino enriquecer la basura de la ciudad. Hoy me entero de que serán instalados cestos papeleros en Rosario. Una decisión conveniente porque esta ciudad, sin dudas, se ha transformado en una de las que acumulan mayor cantidad de desperdicios. De ahora en adelante el problema será la práctica de higiene. Los papelitos no van por propio impulso a los cestos y los ciudadanos deberemos permanecer conscientes de que cada signo de abandono recaerá en nuestra calidad de vida, manchando nuestra imagen y nuestra salud. Podemos también llevar el mensaje a las escuelas. El efecto sobre los chicos de hoy puede prevenir la mugre de las próximas décadas, y de paso transporta el mensaje a todos los hogares. La conciencia urbana que no conocimos puede originarse ahora junto a la emergencia de nuestro futuro con nuestros hijos.
Clemente De la Torre
[email protected]
N. de la R.: La Municipalidad anunció que colocará 2.000 cestos de papeles en avenidas, calles principales y parques de la ciudad.
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