Para beber

Cambios de clima

Gabriela Gasparini

Que los cambios climáticos ocasionados por el calentamiento global no nos son ajenos, no es ninguna novedad. De hecho los venimos padeciendo año a año, cada vez con mayor intensidad. Si no que lo digan los vendedores de acondicionadores de aire, los agricultores que esperan la lluvia durante meses, o quienes al revés, sufren el desborde de ríos que antes eran mansas corrientes de agua. No sé si muchas de ustedes se pusieron a pensar en la influencia que todo este desorden de la naturaleza podía tener en el vino, yo reconozco que nunca, por suerte, otros sí lo hicieron.

Los días 24 y 25 del mes pasado, se llevaron a cabo en Barcelona las Primeras Jornadas sobre Calentamiento Global y Vino, organizadas por la Academia del Vino de España, de las que participaron 148 profesionales entre científicos, bodegueros y enólogos de primer nivel, tanto españoles como extranjeros; y que resultaron un incomparable punto de partida para el análisis de una problemática que hasta ahora la industria vinícola no había tenido en cuenta. Las ponencias sorprendieron a los presentes con afirmaciones como que "el aumento previsto de las temperaturas medias entre 2º y 6 º en un futuro más o menos próximo, entre 50 y 100 años a partir del presente, determinará profundas alteraciones en la vitivinicultura que conocemos hoy día. Por ejemplo, pequeños cambios en la Corriente del Golfo (publicados en los últimos meses, pero aún por confirmar) podrían modificar drásticamente los patrones de temperatura y precipitación de toda la fachada atlántica europea, desde Noruega y Escocia hasta las Canarias.

Este aspecto del cambio tendría efectos más que notables en Rías Baixas y en Burdeos, y también en todas aquellas regiones productoras con clima de influencia atlántica (las consecuencias no sólo serán las derivadas directamente del aumento del calor y la escasez de agua). Habrá zonas que se harán demasiado cálidas y áridas para soportar el cultivo de la vid, y nuevas plagas podrían asolar los viñedos. Quizá "la mariquita asiática", los recientes brotes de hongos en Burdeos o la plaga que afecta al sur de Alemania no sean sino avanzadillas de lo que se avecina.

La ponencia de Xavier Sort de las bodegas Miguel Torres, giró en torno a un trabajo de investigación en el que se pone de manifiesto que en la mayoría de las regiones vinícolas catalanas tradicionalmente productoras, será totalmente inviable la viticultura en un plazo de 40 a 70 años. "Los cambios tendrán una notable influencia en los vinos, especialmente en los tintos que perderán color, aumentarán su contenido alcohólico y se harán más "pesados" en general. Burdeos, y regiones como La Mancha en tres o cuatro décadas habrán sufrido una profunda transformación en el perfil de sus vinos. Mientras que variedades tintas (Petit Verdot, Graciano y Durif) y blancas (Vermentino, Viognier y Verdejo) pueden ver crecer su extensión, pues se trata de tipos de uva que parecen estar especialmente adaptados a las variaciones de temperatura.

Los ponentes coincidieron en que las actuales franjas medias que van entre los 10 y los 20 grados en ambos hemisferios, extensión donde se incluyen la totalidad de las regiones vitivinícolas actuales, se irán desplazando paulatinamente hacia el norte y el sur, respectivamente. Pancho Campo, organizador de las jornadas y presidente de The Wine Academy of Spain, se mostraba feliz ante el éxito obtenido: "Tanto el nivel de las ponencias como la atención por parte de los medios de comunicación han sido muy satisfactorios. Pero lo más destacado ha sido la reacción del público asistente, que en su mayoría no imaginaba la gravedad y seriedad que el cambio climático empieza ya a representar para el sector y que ha apreciado mucho la organización de este evento. Esto es lo más valioso para una institución educativa seria y rigurosa como la Academia del Vino de España. Y, de hecho, ya estamos preparando la segunda edición, que tendrá lugar en 2008".

Fuente: The Wine Academy

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