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 domingo, 09 de abril de 2006  
Exigen en Tartagal obras aprobadas pero no presupuestadas. El gobernador atribuye el desastre a la lluvia.
Hay más de mil evacuados en Salta por desbordes de ríos y derrumbes
El desmoronamiento de un cerro bloquea el curso de un arroyo y puede inundar a la comunidad guaraní Yacuy

Más de mil personas debieron ser evacuadas ayer en el norte de Salta por desbordes de ríos y riesgos de derrumbes, mientras la llegada de ayuda para los damnificados afronta severos obstáculos, a la vez que la lluvia siguió ayer. "En la zona del puente caído en la ciudad de Tartagal, todo parece una película: cuadrillas que trabajan en el socavón producido por los demoronamientos, helicópteros y soldados", relató Jorge Zambrano, periodista de Radio Nacional Tartagal.

"Hasta ayer, un relevamiento indicaba que son 334 las familias en peligro de derrumbe, 180 en máximo riesgo y 17 las que quedaron sin casas por los derrumbes", indicó el periodista salteño a La Capital.

Por su parte, su colega Rafael Bruno, señaló que ayer "fueron evacuadas 542 personas, lo que hace un total de 700 pobladores asistidos en colegios provinciales". Pero "esas cifras no incluyen a los autoevacuados que se refugiaron en casas de familiares", advirtió el cronista de FM del Sol.

En tanto, "en Aguaray, fueron 500 los pobladores de una comunidad guaraní los que debieron ser socorridos, luego que en la tarde de anteayer un cerro se desmoronó conformando un dique natural en el arroyo Yacui, que está en peligro de rebalsar. Esa población aborigen tiene unos 1.600 miembros".

La ayuda oficial continuó con la distribución de módulos alimentarios, indumentaria, colchones, frazadas y otros enseres para los damnificados. La secretaría de Desarrollo y Promoción Comunitaria de Salta dijo que se distribuyeron 97 mil kilos de mercaderías en los departamentos de Orán, San Martín y Santa Victoria.

Sin embargo, Bruno afirmó que "hay mucha necesidad y los alimentos no alcanzan, se producen peleas y falta un trabajo ordenado para censar a los habitantes más apremiados. Municipio, provincia y Nación formaron un comité de crisis con los bomberos, el Ejército y la policía, pero el gobernador Juan Carlos Romero armó un nuevo comité y así no se pueden aunar los esfuerzos". Además, "si bien no hay un marcado desabastecimiento, subieron los precios y el flete de transporte, y los camiones con provisiones no pueden pasar por los puentes caídos".

La crisis comenzó a desatarse en el departamento San Martín a fines de diciembre de 2005, cuando la correntada destruyó el puente sobre río Seco, que conecta la ruta 34 con el resto de la provincia. "Ese cruce se ha reparado, pero la correntada se lo lleva con las crecidas. Tampoco hay transporte ferroviario porque las vías desaparecieron en un tramo de cuatro kilómetros en la zona de Quebrada de Galarza", apuntó el periodista.

En tanto, "el Ministerio de Educación había decidido que mañana se reinicien las clases, pero luego dejó en libertad de acción a cada establecimiento. Sucede que el río Tartagal divide a la ciudad, y de las dos pasarelas una se cayó. También dos puentes sirven para conectar a la localidad, pero uno se derrumbó y el otro se cuida y controla para no quedar sin paso", dijo Bruno.

Anteayer, el gobernador Romero, ante las críticas de la población que reclama que vaya a Tartagal, señaló: "Nos ocupamos y no buscamos culpables". Sobre las críticas a los demanejos ecológicos, el mandatario afirmó que "el tema ambiental es muy atractivo para hablar y conseguir rating, pero desde Tartagal y el río Seco hacia el oeste -de donde vienen las aguas- no hay una sola hectárea desmontada. Si lo que ha sucedido es que ha llovido el doble, ¿por qué no echamos la culpa al agua?".

El secretario de Medio Ambiente de la provincia de Salta, Gustavo López Ascencio, desmintió también que hayan existido desmontes aguas arriba en Tartagal. "El desastre natural no se puede atribuir a ningún desmonte, ya que no lo hubo, sino a un fenómeno climático que determinó que el cauce de un río que afrontaba 600 metros cúbicos por segundo recibió abruptamente casi el doble, unos mil metros cúbicos", manifestó.

Pero, "hay relevamientos, informes e estudios -indicó Bruno- en la Cámara de Diputados desde 2005. Legisladores y vecinos pidieron que se concreten las obras ya que se preveían estos desastres, pero aunque fueron aprobados estos proyectos en Diputados, no fueron cubiertos por los presupuestos del año pasado y el corriente".

También remarcó que "las empresas petroleras abren caminos en los cerros y hacen talas indiscriminadas, mientras la Secretaría de Medio Ambiente provincial no instrumenta ningún control". En ese marco, recordó que desde diciembre se han producido dos muertes a causa de desmoronamientos en la zona de explotación petrolera de Acambunco, 80 kilómetros al norte de Tartagal y a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un gendarme y un civil "que marchaban en camionetas en senderos que sufrieron el paso de un alud nunca antes visto con esa fuerza". En el norte salteño operan las firmas Pan American Energy, Petrobras, Refinor, Pluspetrol y Tecpetrol, entre otras.

Tartagal tiene 70 mil habitantes y está desocupado o subocupado el 40 por ciento de la población en condiciones de trabajar. Más del 25 por ciento de los hogares recibe planes sociales y en el municipio -que incluye siete etnias aborígenas- sólo un 15 por ciento está contenida socialmente.
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La lluvia demora las obras sobre el río Tartagal. Critican a los desmontes salteños.


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