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domingo,
09 de
abril de
2006 |
"Hostel": Una sinfonía
de violencia
sin sentido
Quentin Tarantino disfruta con la violencia en el cine. Sus películas, desde "Perros de la calle" hasta "Kill Bill", revelan la atracción morbosa que siente ante la sangre, las mutilaciones, las torturas. Lo curioso es que su pasión hizo escuela. Y Eli Roth, el realizador de "Hostel", es un dilecto discípulo. Su ópera prima es una sinfonía de sadismo que, aunque cueste creerlo, se inspira en hechos reales. La historia es simple: tres jóvenes norteamericanos viajan a Europa en busca de diversión. En Eslovaquia se alojan en el hostel que da título al filme y se encuentran con una sorpresa inesperada, lo que creían que iba a ser una orgía sexual termina siendo un baño de sangre. ¿Qué tiene que ver esto con la realidad? Un hecho policial que conmovió al mundo. Años atrás se descubrió que el dueño de un "bed and breckfast" de Inglaterra era un asesino serial que mataba y tapiaba a sus pasajeros. Una infeliz coincidencia.
R.L.
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