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domingo,
09 de
abril de
2006 |
Sabina, humildad
y generosidad
Creo que si todos fuésemos humildes y generosos no cabrían entre los seres vivos ni los soberbios ni los egoístas. Qué ejemplo de esta frase, que acaba de ocurrírseme, fue lo vivido junto a mis compañeros de "Sin Anestesia" el 21 de marzo de 2006 en el estadio del club Provincial. Esa noche nos invitó a cantar en el cierre de su concierto nada más y nada menos que Joaquín Sabina. El Pato Mauro en su columna de Telón de Fondo del suplemento Escenario de La Capital del 26 de marzo de 2006 hizo referencia al mismísimo Sabina con tres sentencias: "Ni quemado ni quebrado, sólo tanguero". Pero además resaltó una característica, en la personalidad del gallego, que está marcada a fuego en su piel y encerrada con mil cerrojos en su corazón cual es "la generosidad"... y así es Sabina. Yo, que lo conozco desde hace 10 años, les confieso que es real y descubrí que para andar con Sabina tenés que ser humilde y generoso, si no, no andás. La copia fiel de esto está autenticada en el ser y en el proceder de cada uno de los que lo rodean: Diego el sonidista, el petiso (el otro sonidista), Rafael, Pancho, Antonio, Olguita, el batero, Jimena y toda la legión de la gira "Ultramarina". Todos se deslomaron para entregarnos el escenario, los micrófonos y los instrumentos como en bandeja. Por eso, a diez días de esa gloriosa noche, en mi corazón quedó grabado "un instante" y es aquel en que Sabina llamó a "los Táljames" (Sin Anestesia) a subir al escenario. Pero confieso que lo maravilloso es "una eternidad" que circula y circulará por siempre dentro de mis arterias y venas. Esa eternidad está sostenida por la humildad y la generosidad de Joaquín Sabina y todos "los Sabinas".
Pepe Táljame
DNI 11.446.496
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