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domingo,
09 de
abril de
2006 |
La ardua
travesía
Los conductores que, como yo, circulan por la avenida de la Travesía, Sabín, o cómo se llame, hacia el norte o volviendo de él, habrán podido apreciar el bonito diseño de parches que tiene la misma. Parches para sellar agujeros dignos del libro Guinness. Ni hablar si llueve. Ambas manos de esa avenida se tornan en un largo acertijo en donde uno debe adivinar debajo de qué charco hay tamaño pozo en donde indefectiblemente iremos a parar con nuestro tren delantero. Pregunto: ¿habrá alguna posibilidad de que la mencionada arteria se repare y dicha reparación dure más de 15 minutos? ¿Habrá alguna posibilidad de que no tengamos que circular con el corazón en la boca por no saber detrás de qué loma (ah, sí, porque también tiene unas especies de lomas de lo más decorativas) nos acecha un agujero tamaño XXL?
Ana María Figueroa
DNI 16.211.427
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