El gran protagonismo estuvo en las tribunas

Una vez más los fieles leprosos se congregaron en el templo colosal para brindarle un nuevo certificado de apoyo al elenco que dirige Nery Pumpido. Al compás de los incesantes bombos y sin permitirle un descanso a las rojinegras cuerdas vocales, unas 30 mil almas de pura cepa transpiraron la camiseta desde las pobladas tribunas y pese a que se fueron masticando bronca también premiaron el esfuerzo de sus jugadores con un sentido aplauso. Aunque la nota negra fue los desmanes que provocaron decenas de inadaptados a la salida del estadio con la policía, que incluyó balas de gomas por parte de los uniformados hacia los revoltosos que respondieron con piedras y otros objetos contundentes.

La adrenalina aumentaba a medida que los minutos se iban consumiendo. El aliento era incondicional. Lo que no lograban hacer los protagonistas dentro del verde césped, lo estaban haciendo sus simpatizantes, esos mismos que en cada presentación dejan la vida en las tribunas.

Por más que Newell's denotaba claras falencias en cuanto a lo futbolístico, los 30 mil corazones enfermos de lepra no se resignaban a la desazón. Los hinchas de ley desataron otra vez un carnaval en la ciudad. Le pusieron color a una noche en la que la pasión tribunera le ganó por goleada al dibujo táctico que -paradójicamente- escribió el director de orquesta Nery Pumpido.

Aunque la violencia que desataron al final contra la policía fue fruto de la impotencia que aún los envolvía por la inesperada derrota. "Sabemos que se produjeron algunos incidentes al término del encuentro pero aún no hay ninguna denuncia asentada", manifestaron anoche desde la comisaría 5ª.