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 domingo, 02 de abril de 2006  
San Luis: escenario natural
El parque Sierra de las Quijadas alberga restos fósiles, huellas de dinosaurios y yacimientos arqueológicos

El Parque Nacional Sierra de Las Quijadas se encuentra en el noroeste de la provincia de San Luis. Son 150 mil hectáreas de colores rojizos y formas geológicas talladas por la erosión y el tiempo. Las vetas de su tierra, que dio refugio a los gauchos en tiempos de persecución, guardan los restos fósiles de los dinosaurios y conservan yacimientos arqueológicos de culturas aborígenes.

Desde la ciudad de San Luis el acceso al parque se encuentra a 120 kilómetros sobre la ruta Nacional Nº 147, a la altura de Hualtarán, de donde parte un camino de ripio de 7 kilómetros de longitud que conduce hasta el borde mismo del Potrero de la Aguada. Está ubicada en los departamentos Belgrano y Ayacucho.

El parque, creado en 1991 por ley nacional, ocupa una amplia zona semiárida (transición entre el monte y la región chaqueña) caracterizadas por una vegetación de matorrales y por un bosque seco, de hojas caducas. El escenario natural de la Sierra de Las Quijadas exhibe acantilados, farallones y miradores de entre 200 y 300 metros de altura, teñidos de una tonalidad rojiza. Entre sus caprichosas formaciones geológicas es imperdible el Potrero de la Aguada, un enorme anfiteatro natural rodeado por abruptas paredes de areniscas y aglomerados. El área alberga valiosos restos fósiles y huellas de dinosaurios que se conservan intactas, como también yacimientos arqueológicos de culturas aborígenes.

El Potrero de la Aguada es una singular formación geológica que se encuentra en el centro norte de las sierras. Es un enorme anfiteatro natural rodeado totalmente de abruptas paredes de areniscas y aglomerados de coloración rojiza, en las cuales la erosión ha labrado las más caprichosas geoformas, como colosales graderías, columnas, farallones, acantilados y cornisas naturales, formando un paisaje espectacular y sorprendente.

Su flora, adaptada a las condiciones ambientales de sequedad y erosión, está compuesta por arbustos y cactus, quebracho blanco, algarrobo, chañar y plantas que toleran los ambientes salados.

Habitan en el área guanacos, pecaríes de collar, conejos de los palos, maras y pumas. Estos animalitos conviven con especies que requieren medidas de protección, como la tortuga terrestre común, el halcón peregrino, el águila coronada, el pichiciego menor, el cardenal amarillo y la reinamora. La zona posee numerosas evidencias de antiguas ocupaciones humanas. A pocos kilómetros de la entrada se encuentra un gran sitio arqueológico caracterizado por el emplazamiento de más de veinte "hornillos" o "botijas" dentro del perímetro de un gran asentamiento indígena, que pertenecerían la cultura huarpe.

Los estudios indican que probablemente estos hornos habrían funcionado para la producción de piezas cerámicas. Uno de los hornillos se encuentra acondicionado para la visita del público, con la asistencia de guías habilitados.

En la Sierra de las Quijadas se han encontrado restos fósiles de dos especies de pterosaurios o lagartos alados. Uno de ellos tenía una dentición peculiar, con barbas que formaban una especie de canasto, que le servía para retener los microorganismos de los que se alimentaba filtrando agua.

Los senderos interpretativos ubicados en los bordes superiores de los miradores del Potrero de la Aguada permiten obtener increíbles panorámicas del paisaje. Los visitantes más resistentes pueden caminar hasta hallar las huellas fosilizadas de dinosaurios o descender hacia el Valle del Potrero de la Aguada y cruzarlo hasta alcanzar los pies de los majestuosos farallones. Los dos recorridos sólo se pueden hacer acompañados por guías.

Con el clima ideal donde la frescura de sus ríos se combina con exuberantes serranías y la calidez de su gente, la provincia de San Luis ofrece escenarios naturales incomparables para disfrutar unas vacaciones a pleno. A sólo 16 kilómetros de la capital, accediendo por rutas provinciales Nº 20 y 18, pavimentadas e iluminadas, se encuentra la floreciente villa turística de Potrero de los Funes, en un encantador valle dominado por un lago, vertiginosas quebradas, arroyos y saltos de agua, donde es posible apreciar panorámicas de paisajes y recorrer caminos de ensueño.

El lugar es visitado por sanluiseños y turistas durante todo el año, pero especialmente en época estival, cuando la sombra de sus tupidas arboledas y sus aguas tranquilas son el bálsamo ideal para descansar y olvidar las tensiones urbanas. Potrero de los Funes une armoniosamente el verdor de sus sierras con el paisaje lacustre y ofrece opciones de actividades como trekking, cicloturismo, cabalgatas, escaladas y paseos en velero.

El lugar se deja apreciar en todo su esplendor desde el circuito carretero que rodea al lago, y en cuyas márgenes agrupa cabañas, hosterías, departamentos, balnearios, camping, gastronomía y el Hotel Internacional Potrero de los Funes, de cuatro estrellas, con excelentes vistas hacia el valle y servicios para satisfacer a los más exigentes turistas. A su lado se emplaza el moderno auditorio Caja de los Trebejos, inaugurado para el Campeonato Mundial de Ajedrez San Luis 2005.

El primer impacto visual se experimenta al atravesar la Quebrada de los Cóndores, de 300 metros de altura, cuyas paredes graníticas que caen verticalmente hacia ambos costados de la ruta sirve de puerta de entrada al valle y para la práctica de escalada. Hacia lo alto de las sierras es posible realizar excursiones guiadas a dos saltos de agua: el Salto de La Moneda y el Arco Iris.

Travesía de las Cumbres: un imperdible de la zona es el camino de alta montaña que cruza las sierras de San Luis de este a oeste y une Potrero de los Funes con La Punta. A través de 11 km., muestra sorprendentes panorámicas de los paisajes serranos de la provincia. Conecta las regiones turísticas norte y centro, vinculando tres puntos religiosos muy importantes, como el de los Monjes Ermitaños emplazados en el sector más alto del tramo del camino (El León Colgado), el monasterio de las monjas benedictinas ubicado en el Suyuque Nuevo y la Villa de la Quebrada, localidad conocida en todo el país porque allí, año a año, miles de fieles se congregan para adorar la imagen de un milagroso Cristo aparecido en el tronco de un árbol.
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El parque exhibe acantilados, farallones y miradores.

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