Aníbal Fernández negó que vaya a renunciar a su cargo

El ministro del Interior dijo que se trata de rumores, pero no cerró de plano esa posibilidad

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, desmintió ayer las versiones sobre su renuncia que circularon con fuerza en relación a la interna por la sucesión del gobernador bonaerense, Felipe Solá. Los rumores "no tienen entidad", dijo el funcionario.

"De esto no hablo más, porque le estaría dando una entidad que no tiene", aseguró Fernández, tras lo cual señaló que un eventual alejamiento suyo o de cualquier otro ministro "lo conocerán por boca del presidente" Néstor Kirchner y "no de los chusmeríos".

No obstante, Fernández admitió que su situación lo hace sentir "un poquito embarazado", en alusión a los rumores que circularon con fuerza y lo obligaron a volver a desmentirlos públicamente.

También consideró "poco serio que le pregunten a un ministro, cuando saben que el presidente, si algo que ha utilizado y hecho, es marcar con seriedad las expresiones de su propio gobierno".

Sin embargo, no cerró de plano la posibilidad de su alejamiento de la cartera de Interior al reiterar que, en todo caso, "es el presidente el que da a conocer" ese tipo de decisiones.

Fernández rechazó las versiones publicadas por dos matutinos porteños, que relacionaron los rumores a varias causas posibles, entre ellas que Kirchner estaría evaluando ofrecerle una embajada.

Los rumores partieron de sectores cercanos al presidente e indicaron que Fernández podría ser reemplazado por un dirigente más cercano a los kirchneristas puros.

Entre las causas del posible alejamiento se mencionaron las situaciones que el ministro atravesó a raíz de denuncias de coimas contra la Policía Federal en el caso Cromañón y sus declaraciones públicas sobre su intención de postularse a la Gobernación bonaerense.

También surgieron las denuncias en su contra por el ataque de Quebracho al edificio Kavanagh durante el reciente escrache a José Martínez de Hoz, ex ministro de Economía de la dictadura.

Además, aparecieron denuncias de ciudadanos bolivianos sobre supuestos actos de corrupción de la Federal respecto de la fábrica textil que se incendió en Caballito y que ocasionó la muerte de seis personas que trabajaban en condiciones de semiesclavitud.