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domingo,
02 de
abril de
2006 |
"30 años y seguimos luchando..."
Carlos Duclos
Los chicos universitarios del socialismo popular, seguramente llenos de idealismo y de ganas de decir la verdad, tan alejados de la política espuria como cerca del sentimiento popular, pusieron el dedo en la llaga con un afiche que se observó en los últimos días en las facultades con motivo del nuevo aniversario del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Isabel Martínez de Perón. Dice el afiche: "30 años y seguimos luchando por la democracia, la igualdad, por la solidaridad, por la Justicia independiente, por la verdad, por el castigo a los impunes, por la decencia, por la educación y la salud, por el trabajo". El afiche en cuestión, que tiene las imágenes de Videla, Kirchner y Menem, entre otros, parece que despertó malestar en el justicialismo y puso al descubierto la interna o los desacuerdos que hay en el socialismo popular.
Recuérdense las palabras de algunos dirigentes del socialismo y se podrá llegar a conclusiones interesantes sobre qué piensan, adevirtiéndose que tal pensamiento no difiere mucho del estándar que caracteriza a la dirigencia política argentina. Dice la noticia: "La Cámara baja también fue testigo del afloramiento de las diferencias en el socialismo: Antonio Bonfatti y Raúl Lamberto, hombres cercanos a Hermes Binner, dijeron que "ese afiche pegado en las facultades de ninguna manera es de la junta ejecutiva del Partido Socialista de Santa Fe"".
Sin embargo, el afiche no sólo lleva el logo del Movimiento Nacional Reformista, sino el del Partido Socialista "en el año del 110 aniversario". Por su parte, otra relevante figura del socialismo, la senadora Patricia Sandoz, admitió que efectivamente el afiche llevaba la rúbrica del movimiento universitario de ese partido, pero dijo que ese sector no se hacía cargo de su confección y que "de ninguna manera" ese es el pensamiento del partido. Antes de proseguir es menester formular la siguiente pregunta: ¿se ninguna manera lo que dice el afiche es el pensamiento del partido? Entonces, ¿para el Partido Socialista en este país ya no es necesario luchar porque se ha alcanzado la igualdad, la solidaridad, la justicia independiente, la verdad, el trabajo y todos aquellos derechos que están notoriamente ausentes? Pero además: ¿será verdad que es el partido el que no piensa como el afiche o sólo se trata de un sector del socialismo popular que tiene un pie en cada canoa y no quiere quedar mal con el presidente Kirchner que aparece en la ilustración junto con Videla, entre otros?
Respecto de esto último, cabe destacar que el diputado nacional Hermes Binner y candidato a gobernador por ¿el kirchnerismo o el socialismo? ha señalado en las últimas horas: "Es una visión de la juventud partidaria", y se despegó así olímpicamente de la pegatina.
El repudio justicialista
Claro que los justicialistas no se hicieron esperar y repudiaron al afiche en cuestión. En rigor de verdad razón no les falta, porque aparece como un exceso poner al lado de un dictador a un hombre elegido por el pueblo. Agustín Rossi en ese aspecto tuvo razón cuando dijo que los afiches "son una lamentable expresión de autoritarismo antiperonista". También tiene razón un altísimo dirigente justicialista que, con perspicaz reflexión, manifestó telefónicamente a quien esto escribe (pidiendo la reserva porque no quería sumarse a esta disputa): "En todo caso el afiche está incompleto, le faltarían otras imágenes: las de Binner al lado de de la Rúa y de Natale, una imágenes de los barrios sucios y olvidados de Rosario y una copia de la nueva factura de la tasa municipal. ¿No le parece?". Después de una pausa añadió irónicamente: "¡Y sí, seguimos luchando! A veces contra la mentira disfrazada de verdad, y es duro luchar contra fantasmas, muy duro".
Sin embargo, y a pesar de las razones que pueda sustentar el justicialismo, válidas por cierto en muchos casos, no es posible no coincidir con estos jóvenes universitarios: han pasado 30 años, y más aún, y los argentinos siguen luchando. Se lucha aún contra la desocupación, contra salarios de hambre, contra condiciones de trabajo indignantes que en muchos casos están rayanas con la esclavitud; se lucha contra una niñez pobre y desamparada, contra una ancianidad desprotegida, contra el fantasma que asola a una juventud a la que no se le dan horizontes ni perspectivas. Se lucha contra el poder económico perverso, contra la voracidad fiscal inescrupulosa, contra la falta de interés puro en justicia, salud y educación; contra los precios altos que suben por el egoísmo de algunos pocos. Se lucha contra la injusta distribución de la riqueza.
Desde luego que es el pueblo el que lucha, desde los más pobres hasta la clase media que con su sacrificio sigue soportando lo más pesado. Mientras tanto, una buena parte de la dirigencia política transcurre sus días en otra dimensión: la dimensión de las acciones con propósitos electorales. Todo se piensa, se dice y se hace a favor de eso. Se actúa por conveniencia política y apelando a las estrategias que el momento requiere: si hoy es conveniente alejarse de los propios -aunque tengan razón- por razones políticas, pues a poner pies en polvorosa aunque el abandonado sea de la propia sangre política. Si mañana es menester votar en contra del proyecto oficialista por razones de lealtad partidaria, pues a votar en contra. Y si pasado hay que alabar al presidente en un discurso porque hacen falta partidas presupuestarias, pues alabado sea.
De todas formas al justicialismo la cuestión de los afiches le ha servido, pues un diputado provincial al fin de su enojo expresó a su par: "A Agustín (por Rossi) toda esta cuestión de los afiches le servirá de profunda reflexión para compartirla arriba. ¿Si el binnerismo que recientemente ha votado en contra de los proyectos presidenciales ahora niega a los propios, por qué no seguirá negando a los extraños?". Y a propósito de Rossi. El jefe de la bancada kirchnerista en la Cámara alta, ha llevado alivio a la estructura justicialista santafesina. En el reciente debate en el que participó junto a Binner y Alberto Natale el moderador le preguntó si tenía fundamentos una reciente versión que lo indicaba compartiendo un espacio común con Binner en las próximas elecciones. Rossi recordó con chispa que él tuvo una breve incursión por el Frepaso, allá por 1995, pero que había salido rápidamente de ese escenario cuando la fuerza política fundada por Chacho Alvarez confluyó en Santa Fe con el radicalismo y la democracia progresista. "En todo caso -añadió para poner en evidencia a sus compañeros de debate- Binner y Natale tendrían más puntos en común que el que puedo tener yo con ellos, porque mi posición de aquel momento fue muy clara". Dicen que la espontánea, hábil y contundente frase de Rossi provocó "una contorsión de Binner en su silla y una risa forzada de Natale".
Estos jóvenes tiranos
Lo cierto es que ciertos jóvenes en el socialismo popular (y otros dirigentes mayores, aunque no aparezcan) han tenido el atrevimiento de decir una verdad. Y aunque es cierto que el afiche debería haber evitado ciertas imágenes, su espíritu es lo que vale, porque en ese espíritu reside la verdad: ¡30 años y el pueblo sigue luchando contra tantas injusticias! Son estos jóvenes, ahora parece que obligados por ciertos dirigentes a justificar acciones, los que se han convertido en los "jóvenes tiranos de Sócrates". Decía el filósofo con gran ironía sobre el malhumor que generaban en los adultos aquellos que iban adquiriendo vuelo propio y decían su verdad: "Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida y le faltan al respeto a sus maestros". Tal vez, a 30 años a esta Argentina le hagan falta jóvenes como estos.
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