|
domingo,
02 de
abril de
2006 |
Colados en una misa
El domingo decidí ir junto a tres amigas a la misa del padre Ignacio, para lo cual a las seis y media de la mañana estaba tomando el colectivo. Luego de una hora llegué, me acomodé al final de la parroquia más pequeña y allí a las 8.30 escuché la misa que él daba en la otra iglesia, a la cual no pude entrar por estar llenísima. Al ser tantos abrieron las puertas y personas que seguramente se quedaron desayunando en su casa y llegaron a las 9 a la misa comenzaron a empujar hasta que aprovecharon cuando se comulga a meterse delante de aquellos que estábamos desde temprano. Como les dijo una amiga mía a cinco señoras muy paquetas, bronceadas, bien vestidas y peinadas de peluquería: "Pídanle a Dios que las haga más buenas, porque robar un lugar en la iglesia no está nada bien". ¿Estas serán las que comen santos y despiden diablos?
Cintia Emilse Fabiani, DNI 28.314.478
enviar nota por e-mail
|
|
|