Carnaval. El centro de Río fue invadido ayer por miles de bailarines

Brasil vive a pleno su gran fiesta pagana

La celebración comenzó anteayer, pero desde hace días hay bailes en las calles de pequeños pueblos y ciudades

Los brasileños olvidaron ayer sus problemas cotidianos para vivir plenamente el mayor carnaval del mundo, marcado por frenética música y bailes en los que se mezclan personas de todas las edades y clases sociales.

Desde temprano, grupos de miles de danzantes coparon las calles de pequeños pueblos y ciudades, en la segunda jornada de una fiesta que recién terminará en la madrugada del miércoles.

El carnaval comenzó anteayer, pero en muchas ciudades se realizan desde hace varios días desfiles callejeros al son de músicas difundidas desde camiones dotados con enormes altavoces.

En Río de Janeiro -escenario de la considerada mayor fiesta popular del mundo- un extrañamente delgado Rey Momo recibió las llaves de la ciudad, tras perder 120 kilos desde su anterior reinado en 2003, aprovechando un cambio en las reglas que indicaban que el cargo era para un obeso.

"La escuela de samba es la fiesta más democrática que tiene el país, donde ocurre la mayor permeabilidad de las clases sociales, viviendo en paz", dijo Alex de Oliveira, tras ser coronado en los jardines del Palacio de la Alcaldía.

Los festejos continuaron durante toda la noche y ayer en la ciudad, como ocurrió en todo el país.

El centro de Río de Janeiro fue invadido en la tarde de ayer por miles de seguidores del tradicional bloque carnavalesco Cordao do Bola Preta (Cordón de Bola Negra), que abre oficialmente el carnaval de la ciudad.

Bola Negra reunió en la céntrica avenida Río Branco a decenas de miles de danzantes, incluyendo niños y ancianos, pasando por jóvenes disfrazados y muchachas vestidas con mínimas prendas.

Según los organizadores, unas 150 mil personas desafiaron el calor para bailar y desfilar al son las marchitas, ritmo típico de este tipo de agrupación, junto a la Bola Negra, la más esperada de las cerca de 30 agrupaciones que hasta el fin de semana que viene recorrerán las calles de la ciudad.

Como atracción especial este año la Bola Negra contó con la participación de la modelo brasileña Luma de Oliveira, quien sambando sobre el primero de los cuatro carros de sonido, y acompañando a las princesas de la agrupación, saludaba y distribuía autógrafos a sus admiradores.

Este año, la fiesta de la Bola Negra tuvo hasta un casamiento simbólico, para celebrar el noviazgo de una pareja que se conoció en el grupo el año pasado.

Con cerveza y vodka con limón, los folioes esperaron desde tempranas horas de la mañana la llegada de los músicos de la banda y las cámaras de televisión, ante las cuales y sin hacerse desear, improvisaron insólitas y creativas performances con sus disfraces de superhéroes, bichos y hombres vestidos de mujer, entre otros.

Las autoridades lanzaron campañas de seguridad y de prevención de enfermedades transmitidas sexualmente, conscientes de las consecuencias de la carga erótica y exceso de bebidas que envuelven los festejos, y prometieron distribuir en forma gratuita 25 millones de condones, el doble que en 2005.

"Deseamos a todos nuestros súbditos un carnaval de mucha paz y salud, y que las personas recuerden la seguridad y hagan del preservativo su principal disfraz", dijo el Rey Momo de Río de Janeiro al comenzar su desgobierno.

El viernes, 16 escuelas infantiles de samba, con unos 15.000 pequeños, abrieron los desfiles en el sambódromo de Río de Janeiro, una avenida de 700 metros flanqueada de tribunas y palcos, con capacidad para 60 mil espectadores.

Anoche diez escuelas de la llamada segunda división disputaron un pasaje al grupo especial, cuyos 14 integrantes pelearán hoy y mañana por el título de campeona, un evento televisado a todo el mundo.

Cada escuela, con hasta cinco mil miembros, desfila con enormes carros alegóricos, grupos musicales y cuerpos de bailarines, en los que destacan lujosos disfraces y cimbreantes muchachas, muchas semidesnudas.

En el sambódromo de Sao Paulo, la mayor urbe de Brasil con más de 10 millones de habitantes, culminó ayer a la mañana la primera jornada de su concurso.

En un inesperado accidente, la reina de la batería de la escuela Mocidade Alegre, Nani Moreira, sufrió quemaduras en la cabeza y manos, al fallar los fuegos artificiales que llevaba en un enorme tocado, y debió ser atendida en un hospital.

Como muestra de la irrefrenable atracción de la fiesta, algunas personas desfilaron en sus sillas de ruedas, así como mujeres embarazadas, aplaudidas por los 30 mil espectadores. "Ellos hacen cosas con la silla de ruedas que no se puede creer", dijo la comerciante Maria Madalena Pereira da Silva, de 56 años, integrante de la escuela Gavioes da Fiel.

"Es cansador, pero vale la pena. El bebé está con la mayor energía positiva, puede tener seguridad", dijo Elma Vilhena, de 35 años y embarazada de siete meses, quien desfiló con Académicos do Tatuapé. (Reuters y DPA)

La música y el baile mezclan a todas las edades y clases sociales.