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domingo,
26 de
febrero de
2006 |
Carnaval. Morales inauguró la celebración
Furor por la Evomanía en la
legendaria fiesta de Oruro
El presidente Evo Morales volvió a ser protagonista del legendario carnaval de Oruro, esta vez como principal atracción en el clima de Evomanía que se vive en Bolivia desde su asunción el mes pasado, y ya no como trompetista de una modesta banda, en los años 70.
Miles de diablos bailarines encabezaron ayer el famoso desfile de danzas folclóricas de Oruro, en una multicolor entrada del carnaval que congregó al presidente y a unos 250.000 espectadores.
El baile de la diablada, que representa la eterna lucha entre el bien y el mal, terminó como indica la tradición con los diablos postrados sin máscaras y de rodillas ante la Virgen del Socavón, patrona de los mineros del altiplano boliviano y reina del carnaval andino.
Morales, en su juventud trompetista de una de las bandas folclóricas de Oruro, fue el invitado de honor y correspondió a múltiples muestras de afecto bajando del palco varias veces para sumarse a los bailes con destreza.
El vicepresidente boliviano, Alvaro García, disputó con Morales la preferencia de no pocas bailarinas vestidas con minúsculos pollerines o faldas de pliegues.
Grupos de morenos, tobas, caporales, tinkus y otras etnias de raíces indígenas y españolas completaron el desfile de bailes y, al igual que los diablos, terminaron hincados en el templo donde se venera a la Virgen, construido sobre la entrada a una antigua mina.
Reconocida como patrimonio intangible de la humanidad por la Unesco, la entrada es orgullo de los residentes de Oruro, que parecen vivir todo el año para la gran fiesta. En la demostración folclórica de 18 horas, por un recorrido callejero de casi cinco kilómetros, participaron ayer más de 30 mil bailarines, repartidos en 60 grupos que mostraban la diversidad y riqueza cultural y étnica de los bolivianos.
Mezcla de acto de fe católica y culto pagano, a la vez que una especie de catarsis colectiva en medio de una casi crónica crisis económica, la entrada de Oruro es la culminación de más de tres meses de rigurosos ensayos y de más tiempo aún en la elaboración de los brillantes trajes.
El carnaval boliviano, con diversos festejos masivos en todas las ciudades y pueblos, proseguirá hasta pasado mañana, día de la tradicional ch'alla o bendición de los bienes materiales en agradecimiento a la Pachamama (madre tierra). La mayoritariamente católica población boliviana respetará a partir del miércoles de ceniza la tradicional cuaresma.
El presidente Morales, que asistirá mañana a un festejo carnavalero en su pueblo natal altiplánico de Orinoca, en el distrito de Oruro, tiene previsto pasar la ch'alla en la región productora de coca de Chapare, en el centro del país.
En tanto, los centros comerciales de las ciudades bolivianas fueron ganados por centenares de máscaras del mandatario, en varias versiones ya casi agotadas.
Las máscaras prometen lucirse en el carnaval de Oruro, a unos 220 kilómetros al sur, que Morales animaba como músico de la Banda Imperial, cuando aún no tenía 20 años. En el marco de un festejo precarnavalero, Morales recibió la semana pasada una pequeña trompeta de oro puro en Oruro, ante seis mil músicos de 70 bandas, que se reunieron para tocar, entre otras, la marcha presidencial al unísono. (Reuters y AP)
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