Dulce empate

Newell's reaccionó a tiempo y trajo un buen punto

Mauricio Bártoli / La Capital

La historia se repitió. Las estadísticas siguen de racha. Banfield sumó un partido más sin perder de local y Newell's otro sin ganar de visitante. Sin embargo, el 2 a 2 que protagonizaron anoche en el sur del Gran Buenos Aires dejó a los verdes con caras largas y a los rojinegros contentos. Es que los dirigidos por Leeb no mancharon su registro invicto y Pumpido no cubrió el maleficio que incluye a otros tres técnicos, pero la levantada leprosa tras el 2-0 abajo no sólo es meritoria por sumar un punto fuera de casa sino especialmente porque la reacción positiva invita a confiar en este equipo que se mantiene arriba en la tabla y demuestra que tiene resto para pelear, quizás también en la Copa Libertadores.

En el arranque, Newell's tomó la iniciativa por derecha, con Gavilán y Belluschi ganándole las espaldas a Galarza. Fueron quince minutos. Luego Banfield se adelantó unos metros y se adueñó casi por completo de la pelota. Paulatinamente, los locales empezaron a ensayar su aceitada receta de jugadas preparadas. En ese marco se destacó Gastón Aguirre, quien durante los 90 minutos fue un frontón para las tácticas de Leeb.

La más peligrosa de la etapa fue a los 32' (ver aparte) y hasta el entretiempo casi todo fue un concierto de centros de Banfield pero sin demasiada precisión.

Durante los primeros 15' del complemento la tendencia se mantuvo y a los 60' el recién ingresado Barijho metió la cabeza en el borde del área ante un tiro libre largo de Galarza y tuvo la fortuna de que la pelota se elevara y sorprendiera a Villar. En medio del desconcierto leproso, Ré se durmió en una salida intrascendente, Lujambio la mordió, tocó para Romero y el mismo uruguayo fue a buscar el centro al área chica y puso el 2 a 0.

Parecía todo liquidado, pero en el breve relax de los festejos de Banfield, Zapata se tiró al piso para conectar de cabeza un centro preciso de Cejas, logrando el descuento. En ese momento surgió otro partido, con Belluschi y Ortega aprovechando su velocidad y buen pie, y la levantada leprosa se coronó con un nuevo zapatazo de afuera del área de Scocco, quien con la confianza por el cielo, convirtió su sexto gol en cinco partidos.

El pitazo final instaló sonrisas en las caras de todo el plantel rojinegro, hasta que se perdieron rumbo a Rosario. En definitiva, quizás no sea tan importante un punto más o menos sino irse con el ánimo arriba y la convicción de que por momentos Newell's sabe a qué juega. Y tiene herramientas para pelear. Así, los empates de visitante tienen sabor dulce.

Leiva cubre la pelota ante la arremetida de Zapata.