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 domingo, 16 de octubre de 2005  
Guerra de Malvinas. Afirma que "no cuaja decir que los ingleses no debían atacar"
Ex comandante del General Belgrano justifica el hundimiento del crucero
Pedro Luis Galazi, segundo en jerarquía en el buque, consideró legítima la acción del submarino Conqueror



El segundo comandante del Crucero General Belgrano, hundido por los ingleses durante la guerra de Malvinas, justificó virtualmente esa acción al señalar que "estábamos en guerra" y "no cuaja decir que (los ingleses) no debían atacar" porque el buque argentino se hallaba fuera de la zona de exclusión, como sostienen quienes cuestionan la legitimidad del ataque. En el hecho murieron 323 de los 1.093 marinos que conformaban la tripulación.

El capitán de navío retirado Pedro Luis Galazi, segundo comandante del Belgrano, hizo la inesperada declaración al ser consultado por La Capital a propósito de la desclasificación del libro de bitácora del submarino Conqueror, que torpedeó y hundió al buque argentino el 2 de mayo de 1982. Los nuevos documentos fueron dados a conocer el lunes pasado por el diario inglés The Times.

Galazi también manifestó su desacuerdo con quienes critican la decisión de iniciar la guerra, tomada por la dictadura militar entonces encabezada por Leopoldo Galtieri. "Cuando me dicen que era un general borracho, siempre digo que nunca lo vi borracho", afirmó.

El militar también reivindicó a la tripulación del crucero. "Ese grupo de hombres, cuando se dijo que había que enfrentar al enemigo, se entregó con coraje, subordinación y valentía para defender la soberanía nacional", dijo.

"Es un deber explicar aquel suceso para retomar la historia. Para mí no pasaron 23 años; ese día siempre lo tengo presente", sostuvo el capitán de navío retirado.

Galazi ingresó en 1955 en el Liceo Naval. "Mi especialidad fue la artillería y pasé mi vida embarcado", recordó. Luego de la guerra, en 1982 integró la Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL), fue segundo comandante de la fragata Libertad y agregado naval en el exterior. Se retiró como capitán de navío en 1991.


El hundimiento
El fatídico 2 de mayo de 1982, el crucero General Belgrano navegaba a una velocidad de diez nudos cuando fue detectado a 35 millas al sur de la zona de exclusión y a distancia de tiro en los radares del submarino Conqueror.

A las 16 (hora argentina, las 19 de Gran Bretaña) los ingleses dispararon tres torpedos Mark 8; dos dieron en el objetivo situado a una distancia de 1.820 metros.

Según indicó el diario londinense The Times, el comandante Christopher Wreford-Brown había enviado una señal a Londres cuatro horas antes de disparar sus torpedos, en la que informaba que el crucero argentino había cambiado su curso y se alejaba de Malvinas.

Esa señal fue recibida por el vicealmirante Peter Herbert, pero no se envió al Ministerio de Defensa ni al almirante Sandy Woodward, comandante de la Task Force. Tampoco fue informada la primera ministra Margaret Thatcher, dato que contradice a quienes afirman que la "Dama de hierro" tenía conocimiento del caso e impulsaba la acción contra el crucero.

El vicealmirante Herbert, de la Task Force, argumentó luego en defensa de la acción del submarino que "se tuvo que aprovechar todas las oportunidades que existieron". Esa "oportunidad" segó la vida de 323 marinos argentinos, en su mayoría conscriptos.


Razones de guerra
Sobre la polémica creada por el ataque inglés cuando el buque estaba fuera de la zona de exclusión, el marino señaló que navegaron por fuera de esa demarcación impuesta en torno a las Malvinas por el Reino Unido. Pero aclaró que "la zona de exclusión es un diagrama geográfico importante en situaciones de bloqueo, pero no en un conflicto de guerra. No cuaja decir que no debían atacar".

"Nosotros también podíamos entrar en combate. No teníamos misiles pero nos acompañaban dos destructores y el Belgrano contaba con cañones de 20 kilómetros de alcance", sostuvo Galazi.

En cuanto a la capacidad del crucero, aseguró que "estaba dotado para participar en las operaciones. Al zarpar, cada jefe de departamento señaló que todo estaba preparado". También remarcó que en un buque es permanente la práctica de evacuaciones, situaciones de combate e incendio. "Por eso -sostuvo-, decir que la tripulación no estaba dotada es una mentira. Esos chicos fueron hombres". Sin embargo, un ex conscripto del General Belgrano sostuvo que los soldados carecieron de equipamiento y adiestramiento adecuado (ver página 25).

El militar resaltó que tras la guerra "la Marina atendió las demandas de quienes necesitaban ayuda, pero no hay premio para el que fue a la guerra y tuvo la suerte de ir a pelear".

Un poco para cubrir esa carencia, los marinos crearon la Asociación del Crucero General Belgrano, que trabaja en muchas ciudades para difundir la gesta y mantener lazos de camaradería entre combatientes.

A pesar de no querer opinar sobre el contexto político que envolvió al conflicto, admitió que la ocupación de las Malvinas "nos sorprendió muchísimo, porque el país vivía una situación distinta a la de 1978, cuando estábamos preparados para una guerra (con Chile). Pero, debemos estar siempre capacitados para entrar en combate, por eso cumplimos las órdenes".


Sin críticas a la dictadura
Al preguntársele si fracasaron los militares en 1982, aseguró que no consideró desde ese punto de vista la cuestión. "La guerra demostró que los argentinos somos capaces de enfrentar con grandeza una situación muy grave", señaló.

Sin embargo, al ser consultado sobre los suicidios de soldados al regresar del sur, aclaró que "ese es otro tema: sé de un suboficial que no pudo salvar a un compañero y luego se mató".

"Además, después de 10 o 15 años no siempre alguien se pega un tiro por haber estado en la guerra. Hay gente que se mata porque su mujer le mete los cuernos", concluyó Galazi.

El marino retirado no eludió hablar sobre la llamada "desmalvinización" de la sociedad. "Hubo difamaciones, mentiras y no se reconocieron los grandes actos de solidaridad, porque eso no vende", dijo. Agregó que "la desmalvinización fue un problema político".

Sin embargo, Galazi se negó a dar su parecer acerca de las motivaciones del gobierno militar que encabezaba Leopoldo Galtieri para desatar la contienda. Y no coincidió con la opinión de muchos que repudiaron una guerra motorizada por un "general borracho". Galazi aseguró que "cuando me preguntan eso, siempre digo que yo nunca lo vi borracho".
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Pedro Luis Galazi, capitán de navío.

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